” Mark Twain vuelve a matarse de la risa hablando de religión” por Leonardo Sanhueza en Las Últimas Noticias

En los últimos años de su vida, Mark Twain terminó de escribir una serie de textos breves sobre las creencias cristianas, relatándolas con tal humor que, sin quitarles ni agregarles nada a las historias bíblicas y a los dogmas religiosos, logra mostrarlas como una de las más absurdas e incomprensibles invenciones del ser humano. Como se puede imaginar, esas páginas no sólo eran muy cómicas, sino también extremadamente provocadoras y potencialmente escandalosas, tanto así que después de la muerte del autor estadounidense, ocurrida en 1910, su familia las mantuvo en secreto durante más de medio siglo, y sólo en 1962 una de sus hijas, Clara Clemens, a los 88 años, accedió finalmente a publicarlas.

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” Aparece novela de Juan Emar después de 89 años de reposo” por Lenoardo Sanhueza en Las Últimas Noticias

E n 1923, a los treinta años, Álvaro Yáñez Bianchi todavía no había adoptado el seudónimo de Juan Emar, pero sí había comenzado a escribir la novela Amor , cuyo protagonista se llamaba así, Juan, y en cuya historia ya están trazados muchos rasgos –incluso una escena clave de uno de sus cuentos futuros: la cabalgata en solitario por el campo– que harían célebre al más excéntrico y vanguardista de los narradores chilenos del siglo veinte. El borrador fue terminado en 1925 y su autor, que ya se había convertido en Emar, lo dejó reposar un tiempo.

Tal reposo duró 89 años, hasta estos días, en que Simón Ergas y Nicolás Leyton terminaron de descrifrar el manuscrito del Amor , libro que acaba de ver la luz bajo el sello de La Pollera Ediciones, que hace poco había rescatado otro libro inédito de Emar, Cavilaciones .

“No soy un experto en la literatura de Emar”, explica Ergas. “Pero nos horrorizamos al ver que tanto Cavilaciones como Amor estaban inéditos sin razón alguna”.

–¿Te parece que en Amor ya están presentes muchos aspectos del “mundo” de Emar, que vino a mostrarse recién en 1935, cuando publicó sus tres primeros libros?

–Si bien publicó sus libros en la década del 30, por algunas fechas en algún cuento queda claro que estaba escribiéndolos de antes. Además, con Cavilaciones abrió una búsqueda filosófica que se perpetuó luego hacia su obra literaria. Hay grandes temas que atraviesan su creación; su necesidad de comprender más al ser humano, su apreciación de las artes, la inevitabilidad del fuego creador que se cobija en el artista, sus preferencias por ciertos colores, las luchas generacionales con los artistas viejos y, sobre todo, su percepción tan subjetiva de la realidad, cosa que en algunos cuadros literarios lo llevaron a pintar imágenes absolutamente surrealistas. Las excursiones inspiradoras al campo, la locura por comprender el mundo intelectualmente, el sentimiento de soledad respecto a la gente “normal”. En Amor comenzó también a experimentar de manera estética sus ideas.

–La época en que escribió este libro (1923-25) coincide con la creación del seudónimo Jean Emar (1924), que luego quedó en Juan Emar. ¿Considerarías que este libro marca también su “nacimiento” literario?

–Podríamos decirlo. Hay una anécdota en la edición de este libro que podría responder esa pregunta, es una pregunta abierta que nos hicimos con quienes participaron de esta transcripción pero podría arrojar ciertas luces. El manuscrito de Amor tenía sus primeras veinte páginas mecanografiadas. Según la Fundación Emar, esas páginas fueron mecanografiadas por el mismo autor, considerando la tipografía, el formato y edad del papel. Es decir, creemos que él comenzó a revisar la novela, para cerrarla, quizás para publicarla. Lo interesante es que en esa porción “revisada”, el autor comenzó a cambiar el nombre del protagonista. Juan, que es el nombre que dejamos en la novela porque cubría la mayor porción del texto y quisimos intervenir lo menos posible, estaba pasando a llamarse Manolo. ¿Habrá decidido cambiar el nombre de su personaje porque él mismo estaba convirtiéndose en Juan?

 

“Finado odioso le hace la vida imposible a su novia-viuda” por Fabian Llanca para Las Últimas Noticias

Simón Espinosa publica embriagador texto escrito en décimas

L a publicación del libro La casa del Sordo , de Simón Espinosa, es una rareza por donde se le mire. Se trata de una obra de teatro, poco usual en las estanterías nacionales; y, además, está hecha en décimas.

“Esta historia fue escrita tres veces”, apunta el autor, aludiendo al devenir de Armando Prieto, un cadáver que intenta no alejarse de su doliente novia Aurelia. El finado transita el umbral de la vida y la muerte jorobando en la medida de lo posible. Esta dualidad está representada en el escenario, mitad bar venido a menos y mitad cementerio.

En las dos versiones iniciales había algo que no cuajaba. “Había una atmósfera tradicional y urbana que la prosa y el diálogo no tocaban, faltaban colores”, recuerda Espinosa. “La métrica y la rima de la décima llegaron de pronto, por sugerencia de un gran amigo a quien está dedicado el libro, y simplemente quedaron bien, no hay motivos intelectuales detrás, ni un intento académico de salvar el recurso dramático”, aclara.

–En cierta forma, un bar es un cementerio.

–Totalmente. La muerte y la borrachera son amigas, o eso sospechamos los que nos emborrachamos y no hemos muerto. Hay bares en Santiago que permiten fácilmente entrar en una atmósfera fantasmal después de unos tragos. El alcohol puede generar una lucidez muy extraña si se toma en las cantidades correctas.

–¿Cómo es el Sordo?

–Es un porfiado, como cualquier persona que se rehúsa a morir. Sabe que aún no ha sido olvidado, siente que le reza y le llora su novia-viuda, puede oler las flores que le van a dejar a su tumba y lo único que quiere es que se lo coma el olvido, pero los vivos le tenemos demasiado miedo a la muerte como para olvidarnos de los que ya no están. El Sordo representa todas las proyecciones fetichistas que los vivos hacen, es la tumba que se construye, pero que se transforma en animita por puras supersticiones, ritos religiosos y otras formas de copucha.

–¿Cuáles son las complejidades de escribir en décimas?

–Es entretenidísimo, es un puzzle muy lindo. Lo más difícil es interiorizar el verso octosílabo, vale decir, poder armar frases de ocho sílabas que tengan una gramática y sintaxis correcta. Después de eso, el resto es rimar. No es muy difícil, simplemente hay que darse maña y ser flexible.

–¿Tiene algo que ver “La Negra Ester” en esta opción?

–Por supuesto, “La Negra Ester” es uno de los tesoros de la cultura popular chilena y un norte al que me encantaría llegar. Si bien no hay referencias, la tradición siempre tiene carácter patrimonial; es decir, está presente de manera colectiva en la sociedad. Yo y muchos hemos visto la obra y probablemente no podemos olvidarla, de la misma manera que un cuequero no puede obviar la influencia de Violeta Parra, aunque componga una obra completamente distinta.

Simón Espinosa reconoce que “es fácil frustrarse cuando la rima no calza o la palabra que habías escogido no funciona, pero con un poco de elongación y vino todo se suelta”.

“Rescatan libro inédito que Juan Emar escribió en 1922” por Rodrigo Castillo para Las Últimas Noticias

En “Cavilaciones”, el autor expone los orígenes de su singular propuesta narrativa

E ntre los compañeros de niñez de Juan Emar destacan unas tarántulas de campo que, según cuenta el autor, eran “grandes como ratones” y estaban equipadas con patas “fuertes como dedos humanos” y colmillos “semejantes a las garras de un gato”.

“La araña es un ser diabólico cuyo solo contacto eriza los cabellos y pone de punta los nervios”, resume el creador de novelas tan hipnóticas y desconcertantes como Miltín , 1934 , Un año y Ayer (todas aparecidas en 1935), para luego afirmar: “Todo lo que era horrible y repugnante me atraía. Tal vez porque lo que así es conmueve con mayor violencia una imaginación desordenada”.

Estos gratos recuerdos de preadolescencia forman parte deCavilaciones , obra que el escritor –una de las figuras más originales e incomprendidas en la historia de la literatura nacional– redactó a mano en 1922 y en la que expone los orígenes de su singular propuesta artística recurriendo a una mezcla de evocaciones personales y razonamientos de carácter estético-filosófico.

El manuscrito no fue publicado en vida del autor y, a lo largo del resto del siglo 20 y la primera década del 21, dormitó en forma de documento confuso, borroneado y laberíntico.

“Emar nunca revisó el texto pensando en una publicación. Entonces, lo que estaba enredado, estaba enredado”, explica Simón Ergas, quien, en su calidad de codirector de La Pollera Ediciones, se encargó, en 2012, de convertir ese intrincado manuscrito en algo más o menos legible.

“Nosotros podíamos mover algunos temas de redacción, pero no mucho, porque es un rescate y hay que respetar el estilo dejado por el autor”, agrega el hombre, quien sumó fuerzas con su socio, Nicolás Leyton, para transcribir y ordenar el material conservado por la Fundación Juan Emar. El resultado de ese trabajo ya se encuentra en librerías, pero el lanzamiento oficial del volumen se realizará el próximo martes, 29 de abril, en la Biblioteca Nacional.

–¿Crees que este libro ayudará a los lectores a entender mejor la obra de Emar, autor cuya narrativa no es precisamente fácil?

–Me imagino que este texto de 1922, al ser bastante previo a los otros que se conocían, es como el nacimiento de un punto de vista que más adelante experimentará en sus obras más narrativas. Este texto, Cavilaciones , fue bastante importante para él, ya que volvió a revisarlo más adelante, parece que durante el proceso de escritura de Umbral , la famosa novela de cerca de cinco mil páginas que dejó inédita al morir.

–En Cavilaciones , Emar ofrece elaboradas reflexiones estético-filosóficas acerca de su propia percepción del mundo. ¿Te sorprendió encontrar esta faceta metódica en un autor que se distingue por su narrativa desestructurada e impulsiva?

–Esa narrativa desestructurada e impulsiva parecía ser parte de los gustos de Juan Emar. Él, ante la oportunidad de lanzarse en una aventura narrativa poco particular, la seguía sin timidez, hasta desarrollar escenas increíbles. Algunas de ellas parecen bromas si las mencionas a la rápida, pero él era capaz de profundizar tanto en lo imposible que lograba fortalecer esas imágenes hasta que su humor se proveyera de significados profundos.

” Libro de cuentos espeluznantes le sale al paso a la ley antimarihuana” por Rodrigo Castillo para Las Últimas Noticias

E s el primero y sus organizadores quieren que también sea el último. Hablamos del Concurso Literario sobre la Ilegalidad de la Marihuana en Chile.

Ideada por el escritor-editor Simón Ergas y su socio Nicolás Leyton, la competencia ha tenido un propósito bien específico: mostrar, a través de cuentos enviados por autores jóvenes, las sensaciones de paranoia, indignación e impotencia derivadas de la puesta en vigencia de la controvertida ley 20.000, que convirtió a la marihuana en el algo más luciferino que el mismísimo Diablo.

De los casi cien trabajos participantes, el jurado seleccionó los que ahora conforman 20.000: diez relatos espeluznantes , volumen editado por el sello La Pollera que será lanzado este sábado en el marco de la Furia del Libro (ver recuadro), ocasión en la que además se dirá cuál de esos diez cuentos es el ganador del certamen.

“Este proyecto, el concurso, se nos ocurrió en la época en que Manuel Lagos estaba siendo procesado en virtud de la dichosa ley. Hubo en su favor conciertos, manifestaciones, campañas en internet, etcétera, pero de pronto comenzamos a cansarnos de la queja, del lloriqueo, de la súplica”, dice Ergas. “Entonces nos pusimos en la cabeza la idea de que lo que estaba haciendo la ley 20.000 era siniestro, y una manera de probarlo era exhibir ejemplos o pensamientos en torno al tema, demostrar que los fumadores de marihuana, en su inmensa mayoría, no son delincuentes hasta el momento en que son obligados a serlo”.

Situaciones extremas. Entre las historias reunidas en el libro 20.000 es posible encontrar experiencias de compras de pitos en barrios marginales, situaciones extremas de personas que buscan en la marihuana alivio para los dolores de parientes gravemente enfermos, y hasta una pieza futurista en la que la legalización de la marihuana despierta la codicia del empresariado, dando origen a un irreversible desastre económico.

Literatura y vida. El escritor Álvaro Bisama, integrante del jurado del concurso, opina que la iniciativa ha sido necesaria. “Es una instancia”, dice, “que permite expresar vivencias, experiencias, en un punto donde la literatura se cruza con la vida, y que da la oportunidad de exorcizar cosas que quizás no aparecerían en un concurso literario normal. En estos relatos hay rabia contenida pero también hay, en los autores, un deseo de contar, de narrar, de hablar de sí mismos”.

Abajo los mitos. El ex parlamentario Nelson Ávila, también parte del equipo de jueces, comenta que el tema de la convocatoria ha sido “muy acertado”. Se explaya: “Asistimos al desmoronamiento de muchos mitos, en particular relativos a la cannabis. Nada mejor que la literatura para ponerlos de manifiesto a través de una variada gama de percepciones y sensibilidades. Estos relatos dejan al desnudo las contradicciones, anacronismos y falencias de la normativa vigente”.

Terror narrativo. “Nadie quiere vivir con miedo”, dice Simón Ergas acerca de la preocupación por la ley 20.000. “El concurso, en ese sentido, ha sido interesante, porque la propuesta era tremendamente específica: no cuentos de volados ni de hierba, sino sobre la ley, el espeluznante escenario en que nos pone esa ley y los cuentos que se construyen sobre la base del terror narrativo”.