Estoy ocupado intentando comprender lo general. Lo específico me parece vil detalle. a) Suelo entender el error propio de esta elección. b) A cada momento veo su pertinencia. La diversificación biológica (evolutiva) es en realidad una diversificación ética que repercute en una diversificación morfológica.
Continue readingAdelanto de Cavilaciones de Juan Emar
Apenas uno comienza a escribir viene, más o menos precisa, pero viene siempre, la imagen de un público que ha de leer y juzgar lo escrito. Es esto, a mi modo de ver, una cosa nefasta, pues sería tarea casi imposible la de precisar cuántas sugestiones y prejuicios se filtran junto con tal imagen, impidiendo decir con completa espontaneidad lo que haya que decir. Sin desearlo, sin siquiera preocuparse, uno trata de satisfacer a ese público imaginario, público hecho de nuestros propios juicios sobre otras obras y sobre las críticas y opiniones oídas al azar de las charlas cotidianas. Mas esto, en el fondo, tiene su razón de ser y la aparición de esa imagen, por odiosa que sea, es hasta cierto punto justificada.
Continue readingAdelanto de Teatro de José Edwards
Se abre el telón. Al principio del escenario, a manera de un segundo telón, aparece una especie de muralla deteriorada y envilecida por pequeñas o grandes inscripciones clandestinas. La muralla contiene una puerta diminuta. Esta puerta está cerrada. En el estrecho espacio situado entre el telón y este segundo telón, aparece, emergiendo de algún lado, Adán II. Es un sujeto de aspecto amorfo y estatura más bien elevada, premunido por un ofensivo par de anteojos oscuros; su edad fluctúa alrededor de los 35 años aun cuando representa más, ya que su aspecto es el de un profesor, un tecnócrata o algo semejante.
Continue readingAdelanto de Invitación al desorden de José Edwards
Luego de mucho discutir, Eros y Anteros convinieron en reconocer que el Señor Caos, padre de ambos, no presentaba lo que pudiera llamarse un buen aspecto. En verdad, todo en él parecía incongruente y pleno de confusión; tenía alas y pezuñas, anteojos y cola, cuernos y nalgas de mujer, sombrero de copa y escamas, garras, senos y bigotes, trompa de elefante y ruedas de bicicleta. Además era simultáneamente duro y blando, luminoso y opaco, esférico y rectangular y, por mucho que se cambiara su posición, resultaba imposible determinar si estaba colocado al derecho o al revés.
Continue readingAdelanto de La imposible ruptura del señor Espejo y otros cuentos de José Edwards
Un día cualquiera, a una hora imprevista, el arquitecto N recibió una visita para la cual no estaba, ciertamente, preparado. Se trataba de un señor moderadamente gordo, de cuello corto y cabellos grises, premunido de una inquietante mirada entre angelical y vidriosa, a la vez paternal y transparente como la mirada de un inmenso regalo o juguete de pascua. Después de sentarse cómodamente, sacó de su cartera una inmaculada tarjeta que le obsequió sin mayores comentarios; la tarjeta decía así: M. BENEFACTUS.
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