La legalización de la producción y el consumo de la marihuana en Uruguay ha reabierto un debate mundial sobre una droga cuya peligrosidad ha sido muy cuestionada. La ley 20.000 penaliza el tráfico de marihuana. No así el consumo, pero, para consumir, hay que tener; y eso abre dos opciones: el autocultivo -penado por la misma ley- y el recurso a las redes de narcotráfico. De ello tratan estos diez cuentos, como lo aclara el subtítulo: “Una ley que fabrica delincuentes en un país donde nadie está a salvo”. En la introducción, los editores dicen que “no estamos discutiendo los beneficios o depravaciones de un vegetal casualmente llamado droga en vez de ensalada. Lo que buscamos es demostrar que la persecución es siniestra y es una solución retrógrada al problema de la drogadicción (si es que la marihuana juega un rol en eso)”. Para encontrar los relatos organizaron el Primer Concurso Literario Sobre la Ilegalidad de la Marihuana en Chile.
Algunos cuentos, como es previsible, rondan la innecesaria truculencia, especialmente los dos primeros, “Por veinte lucas” y “Sin pepas”. “Euforia” es un relato que juega con la idea de que la legalización universal de la marihuana tendría efectos devastadores en la sociedad. Hay otros cuentos cuyo valor es más testimonial y didáctico: “Cronología del daño” y “Por la madre, cualquier cosa”, apuntan hacia el riesgo del autocultivo; en la misma línea, pero desde la perspectiva de un policía arrepentido que a la vez apunta a la corrupción que protege el narcotráfico, se inscribe “Relato de un antihéroe”. “El profesor” y “Solo fui a comprar” tocan el microtráfico. Este último es uno de los más logrados; la trama es obvia, se trata de comprar droga, pero el estilo coloquial del relato capta muy bien la sensación de riesgo y peligro: “Todo lo que tuve que hacer me lo hicieron quienes permiten que esto se mantenga así. Esta vez no me atraparon los pacos ni los delincuentes, pero sí me atraparon. Me sentí un delincuente más, un delincuente sin culpa ni delito”. “100 sensaciones” sitúa la marihuana como parte central en una historia de amor. “Las cinco de la tarde en alguna parte” es otro cuento muy bien escrito y quizá el más imaginativo: ya no se trata de la marihuana, esta vez es otro producto de consumo habitual el perseguido por la ley, y el juego paródico que levanta la autora es de lo mejor del libro.
Varios autores. Libros de la Pollera. Santiago, 2013. 135 páginas.