” Pelota Sudaka” por Jordi Lloret en el Clarín de Chile

Fuente: El Clarín

Antinovela de Jerónimo Parada y Andrés Santa María recientemente editado por La Pollera Ediciones.

 

211 páginas de proesía o ensayo de los morenos del gol.

 

 

Y un día el periodista Andrés Santa María que trabaja aquí en la radio Casa Abierta me pasa el libro y me pide una presentación a mi aire.

 

Entonces esto no es una novela sino un libro que continua la lengua mestiza con que cruzamos el siglo de la mano ansiosa de la “Literatura Nazi en América” que escribiera Roberto Bolaños “Chespirito” comentó la rubia tarada por la tele insoportable que conarra el peloteo la copamérica sudaka, cara y organizada por la mafia Platers, el empuje del señor Berms que regala banderitas y una de las presidentas sudakas que agarrada a la pelota trata de no caer al abismo imaginario de las encuestas.

 

Y la algarabía de levantar la copa en la ruka por las calles del archipiélago del sur.

 

Esto que ustedes van a leer a sorbos es la proesía mestiza que el filósojo y el perrodista pensaron para ser escrita en su parte final durante el mismo desarrollo de la copa desarrollada en el mismo convento neonazi, una presión social que le daría al texto el mejor contexto, el acierto del momento para este jazz sudaca o que un libro de arqueología pueda querer para ahondar en la corta historia que va desde que los ingleses inventaran el futboll, para que los obreros de la revolución inglesa(producto del robo a mano armada al resto del mundo) no les pegaran a sus mujeres, borrachos de cerveza Hollingans.

 

Esta proesía que empiezan a pulir los nacidos en el siniestro y magnífico ochenteo chileno que inaugurara Lihn y su antinovela “El arte de la Palabra” o las fichas literarias que Mario Verdugo nos dejara en “Apología de la droga”.

 

Otro libro que arriesga la soledad de los corredores de fondo y su espera kafkiana y barroca en la biblioteca al cruzar la plaza glocal de estos días pospeloteros donde efectivamente Wagner y Paredes, conversan en la cima del cerro Mauco, entre el arco del concón national y la primera lluvia que ayudo a salir nuevamente el río al mar.

Sudakas como nos dicen despectivamente los españolitos,palabra que esta yunta de escritores resignifican y reubican. El Barça actual tiene al quinteto del sur como el mejor equipo del mundo. Bravo,Macherano,Suarez,Neymar y Messi, son los hijos del peloteo que alguna vez filosofó Bielsa y que hoy lo gana casi todo adentro del rectángulo verde.

 

Jerónimo y Andrés nos pasean por algunos de los gladiadores tatuados de las poblas latinas, desde la historia de las mitologías griegas e Incaicas, desde la carrera de Alexis a pecho desnudo o el mismo coceo de Marcelo Menilao cuando a pase de sierra logró conectar la trutruca en el Londres del invento.

 

Desde los tambores africanos que ya no suenan en las graderías de la eterna crisis.

Antinovela Refrescante,lúcida,posmo,bien escrita,y de largo preciso, un buenísimo libro:

 

Marrichiweu!

“El niño maravilla” por Ezequiel Fernández para La Nación Argentina

Fuente: La Nacion

“Sampaoli intenta despertar a Alexis”. El título de La Tercera, en las horas previas a la semifinal de hoy contra Perú, confirma que Alexis Sánchez aún no explotó. Es más, perdió 29 balones en cuartos contra Uruguay. En el entretiempo, sus compañeros le dijeron “qué te pasa culiao”. Y Jorge Fucile, su marcador, lo llamó “cagón”. Una imagen lejana a la de su conferencia previa al torneo, cuando asumió liderazgo y hasta reclamó más aliento a los aficionados. Los medios resaltaron su “madurez”. Pero en esa misma conferencia, Alexis, al justificar la presión de los cracks, dijo “somos niños”. Y si fueras aficionado, le preguntó luego un periodista, ¿por qué jugador pagarías la entrada? Alexis se citó él primero y, en segundo lugar, mencionó a Messi, “supuestamente el mejor del mundo”. Esa noche, un programa deportivo habló del “supuestamente”. Recordó que Alexis no había sintonizado con Messi en Barcelona y que Leo, “supuestamente”, llegó a decirle “sos horrible” tras alguna jugada desafortunada. El uruguayo Luis Suárez cubrió con éxito su lugar y Alexis se fue a triunfar al Arsenal inglés.

Hijo de una madre soltera que debía subir a las salitreras a vender mariscos en la calle, Alexis suele ir todas las Navidades a repartir regalos a los niños pobres de Tocopilla, el pueblo natal, en pleno desierto de Atacama, que era territorio boliviano hasta la Guerra del Pacífico (1879-1883). “Ardilla”, que lavaba autos en el cementerio, debutó en la selección mayor de Chile con apenas 16 años. “Vino desde el norte de cabrito a la capital”, dice “El Niño Maravilla”, la cumbia que le dedicó la sonora “Tomo como Rey”. Los técnicos argentinos, célebres por cierto pragmatismo y obsesión por ganar, lo acompañaron en toda su carrera. Claudio Borghi, Marcelo Bielsa, ahora Jorge Sampaoli. Y también Diego Simeone de su paso por River. El colega Danilo Díaz, coautor de “Alexis. El camino de un crack”, me recuerda que en 2009 Eduardo Berizzo, entonces asistente de Bielsa, debía llevar a Sánchez a Sudáfrica. Y que, camino a Ezeiza, Alexis advirtió que su pasaporte estaba vencido. “El Loco nos va a matar”, pensó Berizzo. “Tranquilos”, dijo Alexis, tímido sólo cuando quiere. Encaró hablando de fútbol, de River, de Bielsa, y de él, claro. Logró un “permiso especial”. Como dijo una vez Marcelo Salas, el otro chileno ídolo de River: “es imposible que Alexis te caiga mal”.

“Ver jugar a Alexis -escribieron Jerónimo Parada y Andrés Santa María en el libro “Pelota sudaca”- es, ante todo, ser testigo del despilfarro de poderosísimas fuerzas físicas y espirituales que a veces entran en contradicción con lo útil (llegar al gol)”. “Hay momentos -añaden los autores- en que se come el campo con una generosidad que estremece”. Hablan de “un infante” que “desperdiga goce y fantasía sin límites”. Y que precisa ser libre para “la alegría estética de la creación”, sin “cárceles” tácticas. “Las cosas de momento nacen nomás”, dijo Alexis una vez en una entrevista. Así lo decía Garrincha. Días atrás, Alexis confesó que le gustaría partir desde más atrás. Pero acepta lo que pide Sampaoli porque lo “banca a muerte”. Y porque en la selección, afirma, “jugaría hasta de arquero”.

En plena Copa América, Alexis colgó en la red imágenes con sus perros Atom y Humber. Y, casi como un adolescente, se mostró bailando reggaeton y cantando a One Direction. Ahora llega lo importante. Sampaoli lo alentó especialmente en las últimas horas. A los 26 años, más que Niño Maravilla, La Roja lo precisa como Capitán América.

“Pelota Sudaca” en Revista El Sábado por Rodrigo Pinto

De los muchos libros que han aparecido con motivo de la Copa América, probablemente Pelota sudaca sea el más atípico y singular en su estilo y contenido. Si nos atenemos al índice, no tiene mucho de novedoso: revisa, país por país, los perfiles de los jugadores más destacados de su historia, incluyendo tanto a los ya largamente fallecidos como a los jugadores que hoy brillan en los estadios de Santiago, La Serena o Temuco. Lo llamativo y original es la manera en que están construidos los perfiles, tanto de cada país como de los jugadores. El lenguaje, para empezar, no es el clásico de un libro sobre deportes o fútbol. Hay una suerte de delirio encendido en párrafos largos, sinuosos y plagados de comas -muchas de ellas de sobra, pero ya es una decisión de estilo-, que aspira a atrapar en la palabra el misterio y la belleza del fútbol. “Tal como Lautaro se laureó fama de exterminador de conquistadores y cobardes, el rumor de un Matador de sangre mapuche cruzó desde los Andes hasta la Gran Bota, contando la historia de un enemigo de la compasión que era capaz de convertir un ladrillo de asbesto en una hermosa estrella fugaz destinada a desintegrarse en las redes”, se lee en el perfil de Marcelo Salas. La cita arroja luz sobre otra particularidad del libro: la amplitud y frecuencia de referencias que no pertenecen al ámbito del fútbol (uno de los autores, Jerónimo Parada, es licenciado en filosofía; el otro, Andrés Santa María, es periodista). La mitología griega, las leyendas artúricas, el nacimiento del bossa nova y del candombe, el mestizaje, las guerras latinoamericanas, las tradiciones de los pueblos originarios, algunos libros de la Biblia, Schopenhauer y Nietzsche, los príncipes italianos, la arquitectura europea, el capitalismo salvaje, la pobreza y el desenfreno, todo se funde en estos perfiles que pueden comenzar por cualquier parte y que, en realidad, no retratan a cada personaje, sino al conjunto de referencias que con humor e imaginación se puede construir en torno a ellos. Por eso es atípico, un libro raro pero también refrescante, que se complace en la desmesura, la arbitrariedad y un sentido del humor a veces críptico, pero siempre fecundo. Prueba, además, que las aproximaciones al fútbol no tienen por qué ser las de siempre, y que la mitología griega (y otros saberes) no sobra a la hora de instalarse a mirar un partido de fútbol.

Adelanto de Pelota Sudaca de Jerónimo Parada y Andrés Santa María

Argentina: Osmosis rioplatense

Hace cuarenta mil años, el descenso de los océanos permitió la milagrosa aparición del Puente de Beringia, y con ello las primeras comunidades se adentraron en la misteriosa América, una nueva dimensión del mundo que se abría como un libro de secretos listos para ser capturados. Siglos después, en el sur del nuevo mundo y al este de la Cordillera de los Andes, a un lado del Océano Atlántico, apenas corrían 3 minutos de partido un 16 de mayo de 1901, cuando Guillermo Leslie derrotó al meta uruguayo Sardeson y logró el primer gol de la historia de la albiceleste, desatando una revolución absoluta en la esencia misma del pueblo argentino, uno de los tantos herederos del poblamiento americano.

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