Aquí la revista digital:
“El género corto” por Marco Antonio de la Parra en La Segunda
El cuento es un género precioso, y el buen cuento un bien escaso. No se trata de una novela corta, aunque un volumen de relatos puede funcionar como el boceto novelesco de una narración de más aliento. Es a veces un dibujo sobre la arena que espera que el viento del lector lo deshaga en la memoria. Otras veces es una figura inolvidable, un gesto suficientemente rudo para que la memoria no lo desenhebre como un sueño al despertar. Es el nocaut de Cortázar que dice que la novela gana por puntos. Sin embargo hay cuentos que apenas son un round, donde el resto del combate se imagina.
Una figura emergente en la tradición rioplatense del cuento corto es Samanta Schweblin, que recibió en España el premio internacional Ribera del Duero. Su volumen “Siete casas vacías” deja en claro que llegó a la literatura para quedarse. Su prosa es oblicua, su mirada es de asombro, y sus imágenes visitan el grotesco cruzándolo con lo disfuncional, yendo y viniendo en una escritura impecable. Lo ha editado Páginas de Espuma, los mismos que han decidido publicar todos los cuentos de Chéjov, una proeza como subir el Himalaya. Como para conseguirlo o encargarlo.
De este lado de la cordillera, una grata sorpresa es Federico Zurita Hecht con “Lo insondable”, publicado por La Pollera Ediciones. Una suerte de novela fragmentada protagonizada por filólogos y científicos encabezados por Cirilo Llewellyn, profesor de Literatura de un cierto país sudamericano, testigo de los enredos adúlteros de un profesor albanés y una pareja alemana comunista en medio de un fin de siglo de demolición de utopías.
Con momentos de Borges y juegos a lo Perec, el autor que sufre las secuelas del efecto Bolaño y para bien. Entretiene, despercude, abre y cierra su intriga sin dejar de perder cierto tono de tratado literario cómico. Detrás de su particular sentido del humor están todas las vanguardias históricas latinoamericanas: Macedonio, Felisberto, César Aira, nuestro Juan Emar, Martín Adán y el Manifiesto Antropofágico. Total y alegremente legible, “Lo insondable” asegura una trayectoria genial por delante. De esas cosas que levantan un aplauso por las editoriales independientes, y por las librerías que los ponen en sus escaparates, esta vez la del GAM.
” Los 70 años del Nobel a Gabriela Mistral” por Pedro Pablo Guerrero en Artes y Letras
“No tengo ninguna ilusión respecto del Premio que da la ilustre Academia Nobel”, escribía el 30 de abril de 1945 la cónsul de Chile en Petrópolis, Brasil, al ministro de Relaciones Exteriores chileno en una breve carta donde, pese a todo, agradecía las gestiones del consulado en Suecia y prometía enviarle el material solicitado para apoyar su postulación. “Ha habido de mi parte alguna desidia, yo no he creído ni creo que me sea adjudicado este premio, hasta hoy demasiado europeo para que alcance a nuestras literaturas nuevas”, concluía.
Diez años antes de convertirse en el primer autor latinoamericano en recibir el Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral tomó parte en una campaña para conseguir que la Academia Sueca se lo diera a un español: Miguel de Unamuno. En “Recado sobre Unamuno”, artículo publicado el 14 de junio de 1935 en El Mundo, de Puerto Rico, la poeta entendía que no le dieran a España un Nobel en Física o Medicina por su mala reputación científica, pero “es asunto aparte la literatura de una lengua que hablan cien millones de habitantes”, escribía.
Se explicaba esta carencia de reconocimientos en el hecho de que los países de lengua castellana no tuvieran una política intelectual, entendida como una “difusión organizada de su cultura”, que sí practicaban Francia, Inglaterra y Alemania respecto de sus idiomas.
“Nuestras naciones, menospreciadoras de su propaganda entera, y de la literaria especialmente, no tienen siquiera idea aproximada de lo que significa esta campaña por el libro en español.
Se asombrarían si leyesen, los muy lerdos, en presupuestos públicos o en capítulos de gastos reservados, las gruesas sumas que los pueblos lúcidos aplican a ello”, escribía la futura Nobel.
No sabe uno de qué sorprenderse más. Si del realismo de Gabriela Mistral en ese entonces o de la sordera que todavía padecen nuestras lerdas naciones.
Gabriela “pública” y “privada”
La carta de 1945 aparece en el volumen Páginas (perdidas) de la vida mía , donde Jaime Quezada recopila manuscritos, correspondencia, recados y anotaciones de la escritora chilena. No todos tienen fecha ni mencionan el lugar donde fueron redactados. El compilador los ordena, como buenamente puede, clasificándolos en catorce secciones. Carente de mayor aparato crítico y de notas, el libro se puede hojear al azar. En casi todas las páginas hay algún dato de interés o una reflexión original. Así, por ejemplo, en un texto de 1953 Mistral clasifica a los pueblos según las personas de la Divina Trinidad: “Creo que la chilenidad es hija del Dios Padre. Somos fuertes y tal vez bruscos, y un tanto pesados. La gracia del santo Espíritu no nos llueve o llueve de tarde en tarde sobre nosotros”.
Mucho más sistemático, Carta para muchos: España, 1933-1935 (Origo/U. de La Frontera, con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura) se concentra en los dos años que Gabriela Mistral vivió en Madrid con el cargo de cónsul de Chile en España. El libro reúne 116 documentos, entre cartas, artículos de prensa, oficios consulares, poemas y recados. Karen Benavente declara en el prólogo que uno de sus objetivos es “colaborar con el derrocamiento del mito convencional de la maestra sufriente y abnegada, y la imagen recurrente de que fue echada de España por la supuesta deslealtad de su querido amigo Armando Donoso”. Como se recordará, muchos biógrafos insisten en que Gabriela Mistral fue sacada de su puesto luego de hacerse pública una carta personal que Donoso entregó al periodista Miguel Munizaga, quien la publicó en la revista Familia. En la epístola, la poeta se refería duramente al pueblo español.
Por el contrario, Karen Benavente y la investigadora Daniela Schütte descubren en los documentos del período que la poeta “había ejercido en su entorno una presión enorme para salir de Madrid, pues desde su llegada a ese país, en 1933, ya estaba planeando un plan de escape”. Las recopiladoras indagan en la posibilidad de que Mistral “haya concebido y articulado su salida a fin de cumplir con el mito y la sentencia de la ‘echada’ para, años después, favorecer y ayudar a los refugiados de la Guerra Civil Española, sin perder su lugar de escritora de ‘minorías'”. Audaz hipótesis, ciertamente, pero que recibe medios de prueba en este libro que incorpora las reacciones y descargos de todos los involucrados en el affaire .
Sin desmerecer la calidad de sus artículos y el interés de las comunicaciones diplomáticas, las diferencias entre la Gabriela “pública” y la “privada” dejan un saldo de interés a favor de esta última. “Crítica, brutalmente honesta e incluso calculadora”, al decir de Benavente, la escritora hace descarnadas confesiones a sus amigos íntimos. En carta de 1934 a Carmela Echeñique, esposa de Carlos Errázuriz (cónsul en Zúrich entre 1920 y 1937), se puede decir que vislumbra la guerra civil: “Esto es una anarquía legal, una serie de trastornos diarios, menores pero sangrientos; un sindicalismo rabioso; un socialismo que hoy se une a la violencia y mañana la repudia; unas derechas que tendrán que unificarse para hacer un fascismo o ser arrolladas. Vieja socialista, yo no puedo estimar la anarquía terrible que lleva aquí esa etiqueta y tampoco puedo hacerme una mentalidad de derechas, beatona y egoísta. Reconozco la calidad personal superior de las derechas, en todo caso. Ojalá Dios las ilumine y las purifique para que puedan dar gobierno y paz a España”.
Inclasificable, libérrima, refractaria a los partidos, la Gabriela más comprometida aparece en la antología Por la humanidad futura , de Diego del Pozo. Editado por La Pollera, con el apoyo del CNCA, el título proviene de un artículo mistraliano que se encuentra en un libro escolar mexicano de 1934. En él la autora proclama el fin del culto a los “héroes de la sangre” (Alejandro, César, Napoleón…) y anuncia, en el alba del siglo XX, el de los héroes de la ciencia: Laplace, Darwin, Lyell, Marx, Spencer… “En el corazón de la Humanidad, los grandes verdugos están a punto de ser suplantados por los grandes maestros. La escuela está llamada a sustituir al campamento. Únicos combates civilizados serán los del libro y de la inteligencia”, escribe.
A diferencia de su escritura privada -mucho más escéptica-, con el texto recién citado sucede lo mismo que con otros destinados al conocimiento público: expresa más deseos que realidades. A esas alturas del siglo, la humanidad ya había sufrido una guerra mundial, se encaminaba a otra y los verdugos estaban en pleno apogeo. Como sea, el volumen reúne sus escritos políticos sobre el feminismo, así como perfiles admirativos de dos caudillos malogrados: José Manuel Balmaceda y Augusto Sandino. De su estancia en México, invitada por Vasconcelos, destaca una conmovedora descripción de una escuela-granja que Mistral propone como modelo pedagógico para la infancia desfavorecida de Chile. También se incluye su breve pero fundamental artículo “Menos cóndor y más huemul”, publicado en “El Mercurio” el año 1925, donde confiesa su escaso amor por el ave carroñera y la gran estimación que siente, en cambio, por el ciervo autóctono; animal que, a su entender, resume la sensibilidad de la raza: “sentidos finos, inteligencia vigilante, gracia”.
Llama la atención entre los inéditos recogidos en Por la humanidad futura uno que no aparece en Carta para muchos , a pesar de haber sido escrito el 16 de marzo de 1933 mientras era cónsul en Madrid. “Sobre situación de clases sociales y natalidad” es una crítica al control de los nacimientos impulsado por los neomaltusianos para, supuestamente, beneficiar a la clase obrera. Por el contrario, dice Mistral: “El pueblo no ha podido imponer a las otras dos clases reformas grandes o chicas en su favor sino gracias a una presión material que se resuelve en un éxito de números. El ‘control’ será para esta masa una sangría. El obrero se aliviará como padre de familia y se debilitará muchísimo como fuerza de clase y como gremio”.
Felipe del Pozo, en su prólogo de Por la humanidad futura , hace un llamado a identificarnos con el mensaje de Gabriela Mistral: seríamos nosotros esa humanidad futura que todavía no ha escuchado los consejos de la poeta. El segundo destinatario del libro son los profesores, “piedras angulares del progreso de una nación”, según Del Pozo. Aceptar este emplazamiento implica contrastar los dichos de Gabriela Mistral con un presente no solo lleno de lastres del pasado, sino también de ideas políticamente correctas que difieren mucho del pensamiento mistraliano. Pensamiento que, por lo demás, rara vez se presenta como un todo orgánico e inmutable, pues suele estar sometido a radicales cambios de parecer y numerosas contradicciones. El desafío, por tanto, es mayúsculo.
Reordenamiento de su obra poética
En Poesía reunida. Mi culpa fue la palabra (Lom, con apoyo del CNCA), la poeta Verónica Zondek se propuso una hazaña no menor: organizar los poemas de Mistral que se encuentran en sus libros -los que publicó en vida y los póstumos-, de una manera distinta; no por orden cronológico, sino en secciones. Los nuevos “libros” surgidos de tal reorganización llevan títulos como “Locas mujeres”, “Canciones de cuna”, “Ternura”, “La escuela”… y así hasta llegar al último, y el único que conserva su nombre original: “Poema de Chile”.
“En esta compilación -escribe Zondek- propongo ordenar los poemas aunados temáticamente tal como los fui encontrando enmarañados en los libros publicados hasta ahora. Sin embargo, algunos de estos conjuntos de poemas, aunados en secciones con títulos que… muchas veces se repiten en los otros libros, no alcanzan a formar un volumen, sino que son esbozos en los cuales Mistral probablemente pensaba seguir trabajando y que ahora, en la medida en que el material encerrado en esos baúles llegados a la Biblioteca Nacional salga a la luz pública, podremos conocer y saber si efectivamente continuó escribiéndolos o si quedaron esbozados a la espera de un futuro que nunca llegó”.
Tanto Poesía reunida -que incluye un esclarecedor “Aditamento” crítico del profesor Walter Hoefler- como los tres nuevos libros que compilan parcialmente las prosas de Gabriela Mistral deben su existencia, en gran medida, a los baúles mencionados por Zondek. Es decir, a los casi 40 mil documentos de la poeta donados a Chile por Doris Atkinson, sobrina de Doris Dana. El legado lo custodia, desde 2008, el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional, que además los está digitalizando. Gracias a este patrimonio, la herencia mistraliana continúa siendo una obra en progreso, nunca terminada, abierta a nuevos ordenamientos y lecturas mediante antologías y recopilaciones.
“El poema épico de Chile” por Diego del Pozo
Prólogo al libro Poema de Chile de Gabriela Mistral. El proceso recorrido por los poemas que conforman esta edición, es un camino muy largo y cargado de anécdotas. La posibilidad de que vean la luz estoy seguro que habría llenado de alegría a Gabriela Mistral, no solo por la elaboración y cariño depositado en esta obra, sino porque siento que estamos finalmente ante un libro del alcance que a ella le hubiera gustado.
Continue reading“Por la Humanidad Presente” por Diego del Pozo
Prólogo al libro Por la Humanidad Futura de Gabriela Mistral
Realizar un rescate editorial como el que aquí se presenta, es hurgar en la memoria e intentar hacer una relectura que nos traiga hasta hoy a través de un camino nuevo. Cualquier mirada al pasado con el fin de apropiarse de él, si se tiene un poco de suerte, nos devolverá a nuestro presente con algo que no se conocía, se había olvidado o se encontraba intencionalmente oculto, y que puede sernos enormemente útil.
Continue reading“Publican antología política de Gabriela Mistral” por Leonardo Sanhueza para Las Últimas Noticias
U no de los aspectos más valorados pero a la vez menos divulgados de Gabriela Mistral es sin duda su vocación política, manifestada desde muy temprana edad hasta sus últimos días en diversos escritos en que la poeta del Elqui fue dejando dispersas por aquí y por allá sus ideas acerca de la sociedad. Protagonista fundamental y controvertida de las luchas feministas de la primera mitad del siglo veinte, precursora en asuntos de educación pública y pedagogía, crítica visionaria en cuestiones relativas al pueblo mapuche y constante defensora del pacifismo, Gabriela Mistral desarrolló fragmentariamente un pensamiento político que, aun cuando se lo ha borroneado detrás de su imagen mezquina de autora de rondas parvularias y profesora de provincias, en los últimas décadas se ha dejado ver como lo que fue: un ideario social y político de los más potentes que haya habido en el continente americano.
Bajo esa premisa el investigador Diego del Pozo ha realizado la antología Por la Humanidad Futura , que reúne una selección de escritos en que Gabriela Mistral se explaya sobre asuntos públicos, ya sea en el espacio chileno o internacional. Esta “antología política” de la poeta acaba de llegar a las librerías, recién lanzado bajo el sello de La Pollera Ediciones.
El volumen abarca un período de más de tres décadas de escritura –desde su partida a México en 1922 hasta las cercanías de su muerte en 1957– y está compuesto por 34 piezas muy variadas: artículos publicados en la prensa, conferencias, reseñas, entrevistas o discursos que, a partir de los más diversos temas, muestran la atenta mirada política que Gabriela Mistral tenía sobre cuestiones sociales, culturales o históricas.
Desde textos tan conocidos como “Menos cóndor y más huemul”, en que realza el valor del pacífico ciervo de la razón por sobre el violento buitre de la fuerza, hasta una casi póstuma nota en que condena “la brutal agresión de que ha sido víctima el pueblo de Hungría”, el libro despliega el complejo abanico ideológico de Gabriela Mistral, siempre reacia a plegarse de manera irrestricta a alguna corriente de pensamiento.
Muestra de esa actitud crítica es su texto de 1927 “Feminismo: una nueva organización del trabajo”, en que no deja títere con cabeza en relación con la celebrada entrada de las mujeres al mundo laboral. Contra el ánimo triunfal de las feministas, la poeta muestra su indignación por el “estado de verdadera barbarie” en que se había convertido el trabajo femenino, de modo que la “conquista” laboral, al no haberse considerado las particularidades de las mujeres, dejándolo todo en manos de patrones hombres, en realidad se había vuelto una forma de esclavización en faenas viles, feas y “sin entraña espiritual”.
Vivian Lavín destaca la figura de Gabriela Mistral y advierte sobre la deuda histórica que tiene Chile con su obra y legado.
Diego del Pozo: “La faceta intelectual de Gabriela Mistral es la más potente y desconocida” en Fundación La Fuente
Por la humanidad futura, reúne alrededor de 45 artículos de Gabriela Mistral, que recorren desde 1920 hasta su muerte, en 1957. En la antología, seleccionada por Diego del Pozo —Magíster en Literatura y estudiante de doctorado en Patrimonio cultural en la Universidad de Helsinki, Finlandia—, aparecen temas como la educación, la igualdad, el feminismo y la democracia. Uno de los criterios importantes para hacer esta selección, dice del Pozo, fue la vigencia de los textos: “La idea no era solo hacer un viaje al pasado, sino que darnos cuenta de que hay muchas cosas planteadas por Mistral, que hoy, 80 años después, todavía no hemos resuelto. Son discusiones que están por sobre la superficie histórica”.
El rescate editorial, bajo el sello La Pollera, fue posible gracias al legado inédito de Mistral que llegó a Chile el año 2007 y que hoy está disponible íntegramente en la página web de la DIBAM: “Encontramos ahí cosas bien interesantes. En este libro hemos recuperado, por ejemplo, textos de ella que fueron a conferencias, pero que nunca antes se habían publicado. Y creo que el ejercicio de leerla cronológicamente —como está en este libro—, permite ver cómo va evolucionando su pensamiento”.
—¿Cuáles son los temas que le interesan a Gabriela Mistral?
—Este libro intenta hacer una aproximación desde dos lugares a Gabriela Mistral. Por un lado, está la intelectual cosmopolita, que se va de a poco haciendo cargo de los conceptos que incumben a Occidente; Europa y Latinoamérica, principalmente. Mistral, entonces, habla de la Revolución Mexicana, de la Guerra Civil Española, de la Segunda Guerra Mundial, del fascismo y de las consecuencias de las crisis de humanidad que llevan todos estos conflictos. Hay, digamos, un seguimiento histórico a la primera mitad del siglo XX con sus hitos más significativos, los que son explicados y criticados por Gabriela Mistral. Pero es un seguimiento que, así como pasa con intelectuales de gran escala, trasciende el momento histórico.
Por otro lado, debemos comprender que el concepto de política en esta antología no está tomado en ningún caso como el que se genera desde los partidos políticos —algo que habría sido muy injusto con Mistral, que nunca militó en ningún partido—; sino que tiene que ver con la idea más prístina de política, o sea, la polis, que es lo que nos hace a todos ser parte de una ciudadanía y de una sociedad, y que hace que cada individuo tenga ciertas responsabilidades. Es, digamos, la posición política de Mistral frente a qué debería hacer la sociedad.
Hay, por ejemplo, cosas sobre educación, sobre todo de su experiencia con las escuelas granjas en México, que es una cosa maravillosa. Ella llegó a México con la libertad que le entregó el gobierno revolucionario mexicano para aplicar ideas que acá en Chile había intentado hacer, pero rechazaron por encontrarlas subversivas o inviables. En México ella logró llevar a cabo un concepto educacional que se parece bastante a la nueva reforma educacional que está haciendo Finlandia hoy. Es decir, algo totalmente vanguardista. Hay varios aspectos de la educación tocados por Mistral que pueden hacer repensar la forma en que estamos educando.
Varios aspectos de la educación tocados por Mistral, pueden hacer repensar la forma en que estamos educando
El título del libro, Por la humanidad futura, es tomado de un texto de Mistral que escribió en los años 30, donde habla de la importancia que tienen los profesores en formar a las futuras generaciones. Hace un llamado a la humanidad: si no nos hacemos cargos de nuestros profesores, que estén en el nivel en el que tienen que estar, vamos a estar teniendo esclavos de un sistema que no es libertario ni democrático. Son los profesores quienes forman esclavos o una sociedad de hombres libres. Es así de drástica su postura. El nombre del texto funciona también como nombre para la antología porque nos trae al 2015 a Gabriela Mistral: nosotros somos esa humanidad futura y también los que vienen.
—Feminismo, igualdad y democracia, son otros de sus temas.
Hay cosas del feminismo que son muy interesantes porque ella habla sobre este tema mucho antes del boom de la década de los 60. Y marca un patrón muy duro. Ella dice que el feminismo no se puede generar desde los grupos de elite, de la alta sociedad, como es el caso en Chile, porque eso no llevará a una transversalidad del discurso. A menos de que sea un discurso amplio y que haya, por ejemplo, obreras metidas, el feminismo será algo menor. Eso lo dice 30 años antes de que colapsara el discurso.
Está también la Mistral latinoamericanista, que lee a Simón Bolívar y a José Martí, y que tiene la idea de que hay un solo pueblo desde México hasta Punta Arenas. Cree en la necesidad de generar una identidad en conjunto, incluyendo a Brasil. Es una idea que se ha ido perdiendo. La puede recuperar Chávez, por ejemplo, pero desde un discurso populista; no desde una ética intelectual.
Otro tema para ella es la democracia. La democracia, dice Mistral, le llegó a Latinoamérica como un estatuto listo. “Esta es la forma en que hay que gobernar”, nos dijeron. Entonces, cuando ya se logran las independencias, a principios del siglo XIX, todos los países latinoamericanos intentaron asumir la democracia, pero no se dieron cuenta de que el proceso democrático de los países europeos llevaba más de 2.000 años. Por otro lado, no existe una formula estática de cómo debe funcionar la democracia, sino que la democracia requiere constantemente de renovación. Y Mistral hace un aviso al respecto. Dice, ojo, si no nos hacemos cargo de esta recién llegada, la democracia, vamos a entrar en crisis constantemente. Eso lo dice a propósito del cambio constitucional de 1925, cuando ha habido una sucesión de gobiernos democráticos en Chile. Ella sospecha que puede venir una crisis institucional, porque sigue viendo que no hay participación de los obreros, de los profesores y que hay instituciones que están al margen de la discusión política, porque la política está puesta en una elite y eso no es democrático.
—Mistral nunca militó en ningún partido político, ¿por qué?
Para Mistral el intelectual tiene un compromiso con la sociedad
Creo que por su percepción de cuál era el rol del intelectual en la sociedad. Mistral en cada lugar al que llegaba, en cualquier lugar del mundo, daba conferencias y se preocupaba de saber qué estaba sucediendo con el pueblo, con la educación. Y creo que haber participado en un partido político la habría encasillado en una posición. El intelectual para ella tiene un compromiso con la sociedad.
Sí tenía ideas de izquierda muy de avanzada. Plantea reformas agrarias, voto femenino, igualdades democráticas, cuando en Chile todavía tenemos un patriarcado. Mistral no militó en ningún partido, pero si tuviéramos que ponerla en algún lado sería en partidos humanistas, más de izquierda. La Democracia Cristiana ha tratado de apropiarse de Gabriela Mistral para su partido, debido a su carteo con Frei Montalva, pero no era DC.
Rescatar el legado
La primera aproximación de Diego del Pozo al estudio de Gabriela Mistral fue cuando era estudiante de Letras en la Universidad Católica, 10 años atrás. El profesor Luis Vargas Saavedra dictaba entonces una cátedra de Mistral y él fue su ayudante. Poco después, el 2007, apareció el legado inédito de la poeta –105 cajas con manuscritos, correspondencia y fotografías, entre otros documentos—, donado por Doris Atkinson: “Ahí nos dimos cuenta de que la poesía inédita de Mistral era mayor que la publicada. Había, entonces, que empezar a estudiar a Mistral de nuevo. Lo mismo sucedió con la prosa, con sus cartas. Fue como estar en el lugar correcto en el momento correcto. Estaba todo este material que requería de personas que quisieran empezar a ampliar el discurso mistraliano y ahí estaba yo”, dice del Pozo.
Sobre este legado inédito, dice además: “Siento la responsabilidad de transmitir a Mistral. Es más fácil tomar a la Mistral profesora rural, que escribe poesía infantil, que tomar a la política o a la mística, que son aristas más complicadas. Algo similar ocurre con Neruda: es más fácil asociarlo al caldillo de congrio y a las caracolas, que meterse en el Winnipeg o en su poema Residencia en la tierra. Creo que se le ha simplificado”.
El primer libro que del Pozo rescató de Gabriela Mistral fue El Poema de Chile, también bajo el sello La Pollera: “Era un libro que nunca se publicó mientras ella estaba viva. Las ediciones existentes tenían alrededor de 70 poemas y cuando nosotros empezamos a revisar el legado inédito, había muchos poemas que calzaban con la temática y los personajes. Aparecieron 10, 20, 50 más. El Poema de Chile era un poema gigante, de 300 páginas. Había que sacarlo porque Mistral lo escribió pensando en reemplazar a la Araucana. Siempre fue muy crítica de la idea de que nuestro poema épico fuera escrito por un español y hablara del genocidio de nuestro pueblos indígenas. Esa motivación inicial, junto con su idea de revivir el país que había dejado, son la gestación del poema de Chile. Que me parece un libro maravilloso”. Por la humanidad futura es un segundo paso de un rescate mayor que planea hacer del Pozo junto a La Pollera. “En este caso —explica del Pozo—, el propósito era recuperar a la intelectual. La más potente y desconocida faceta de Mistral”.
—Fue muy postergada en Chile Gabriela Mistral. Primero le dieron el Premio Nobel (1945) y años después en Chile el Premio Nacional (1951).
Creo que hay varios motivos. Quizás el más significativo tiene que ver con la sociedad chilena de la época. Era una sociedad patriarcal, donde la mujer todavía no tenía una voz, entonces esta mujer intelectual, independiente, viajera, que no pertenece a la clase alta, se hace muy incómoda para los hombres. Se le hace la vida muy difícil en Chile a Mistral.
Al final del tiempo en que vivió en Chile, es decir a fines de la década del 10, se asienta en Santiago, que es el lugar donde están sucediendo las discusiones. Siempre antes la habían tenido en regiones, apartada. No la querían acá. Por eso probablemente su autoexilio. Ella se fue en 1922 y volvió tres veces de visita a Chile. Hizo su vida afuera. Es más bien ciudadana del mundo. Por eso también sucede que en otros países se le lee y conoce más.
No querían a Mistral en Chile, recién cuando ganó el Nobel la homenajearon. Por eso su autoexilio.
Fue en México donde vio la posibilidad de llevar a cabo sus ideas, gracias a José Vasconellos, el símil de nuestro Ministro de Educación del gobierno mexicano revolucionario. Y ella asumió México como su segunda patria, por cómo la recibe.
—También fue excluida de la Antología de poesía chilena nueva (1935), compilada por Volodia Teitelboim y Eduardo Anguita.
—Sobre todo las primeras tres décadas del siglo pasado, es un momento en que el arte en general entra en una etapa de abstracción, de deconstrucción, donde la poesía de vanguardia la llevan los surrealistas. Es la ruptura del lenguaje lo que va más cerca de lo que se está haciendo. Algo que está, por ejemplo, en el Altazor, de Huidobro. Gabriela Mistral, por otro lado, está escribiendo Sonetos de la muerte. Es decir, está haciendo como un neoclasicismo cuando todos los demás están en otra discusión. Era fácil en ese sentido dejarse llevar por los vientos de la época y a todo el que, como Mistral, estuviera haciendo algo diferente a lo que fuera Man Ray o el discurso político parisino, dejarlo afuera.
Esperemos que ahora estemos más preparados para leerla de lo que estábamos años atrás.
– See more at: http://www.fundacionlafuente.cl/diego-del-pozo-la-faceta-intelectual-de-gabriela-mistral-es-la-mas-potente-y-desconocida/#sthash.RihU3rqR.dpuf
Adelanto de Por la Humanidad Futura, antología política de Gabriela Mistral
Cómo se ha hecho una Escuela-Granja en México. Revista de Educación Primaria. México, 1923. Empiezo a dar mis impresiones de la enseñanza en México con la más pobre de todas las escuelas, con la que encontré más desnuda en mi primera visita, y a la que he visto crecer bajo mis ojos, en dos meses, por una de esas maravillas que sólo hace el espíritu, que no podrá hacer nunca sino el espíritu.
Continue reading” Pelota Sudaka” por Jordi Lloret en el Clarín de Chile
Fuente: El Clarín
Antinovela de Jerónimo Parada y Andrés Santa María recientemente editado por La Pollera Ediciones.
211 páginas de proesía o ensayo de los morenos del gol.
Y un día el periodista Andrés Santa María que trabaja aquí en la radio Casa Abierta me pasa el libro y me pide una presentación a mi aire.
Entonces esto no es una novela sino un libro que continua la lengua mestiza con que cruzamos el siglo de la mano ansiosa de la “Literatura Nazi en América” que escribiera Roberto Bolaños “Chespirito” comentó la rubia tarada por la tele insoportable que conarra el peloteo la copamérica sudaka, cara y organizada por la mafia Platers, el empuje del señor Berms que regala banderitas y una de las presidentas sudakas que agarrada a la pelota trata de no caer al abismo imaginario de las encuestas.
Y la algarabía de levantar la copa en la ruka por las calles del archipiélago del sur.
Esto que ustedes van a leer a sorbos es la proesía mestiza que el filósojo y el perrodista pensaron para ser escrita en su parte final durante el mismo desarrollo de la copa desarrollada en el mismo convento neonazi, una presión social que le daría al texto el mejor contexto, el acierto del momento para este jazz sudaca o que un libro de arqueología pueda querer para ahondar en la corta historia que va desde que los ingleses inventaran el futboll, para que los obreros de la revolución inglesa(producto del robo a mano armada al resto del mundo) no les pegaran a sus mujeres, borrachos de cerveza Hollingans.
Esta proesía que empiezan a pulir los nacidos en el siniestro y magnífico ochenteo chileno que inaugurara Lihn y su antinovela “El arte de la Palabra” o las fichas literarias que Mario Verdugo nos dejara en “Apología de la droga”.
Otro libro que arriesga la soledad de los corredores de fondo y su espera kafkiana y barroca en la biblioteca al cruzar la plaza glocal de estos días pospeloteros donde efectivamente Wagner y Paredes, conversan en la cima del cerro Mauco, entre el arco del concón national y la primera lluvia que ayudo a salir nuevamente el río al mar.
Sudakas como nos dicen despectivamente los españolitos,palabra que esta yunta de escritores resignifican y reubican. El Barça actual tiene al quinteto del sur como el mejor equipo del mundo. Bravo,Macherano,Suarez,Neymar y Messi, son los hijos del peloteo que alguna vez filosofó Bielsa y que hoy lo gana casi todo adentro del rectángulo verde.
Jerónimo y Andrés nos pasean por algunos de los gladiadores tatuados de las poblas latinas, desde la historia de las mitologías griegas e Incaicas, desde la carrera de Alexis a pecho desnudo o el mismo coceo de Marcelo Menilao cuando a pase de sierra logró conectar la trutruca en el Londres del invento.
Desde los tambores africanos que ya no suenan en las graderías de la eterna crisis.
Antinovela Refrescante,lúcida,posmo,bien escrita,y de largo preciso, un buenísimo libro:
Marrichiweu!