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” Libro de cuentos espeluznantes le sale al paso a la ley antimarihuana” por Rodrigo Castillo para Las Últimas Noticias

E s el primero y sus organizadores quieren que también sea el último. Hablamos del Concurso Literario sobre la Ilegalidad de la Marihuana en Chile.

Ideada por el escritor-editor Simón Ergas y su socio Nicolás Leyton, la competencia ha tenido un propósito bien específico: mostrar, a través de cuentos enviados por autores jóvenes, las sensaciones de paranoia, indignación e impotencia derivadas de la puesta en vigencia de la controvertida ley 20.000, que convirtió a la marihuana en el algo más luciferino que el mismísimo Diablo.

De los casi cien trabajos participantes, el jurado seleccionó los que ahora conforman 20.000: diez relatos espeluznantes , volumen editado por el sello La Pollera que será lanzado este sábado en el marco de la Furia del Libro (ver recuadro), ocasión en la que además se dirá cuál de esos diez cuentos es el ganador del certamen.

“Este proyecto, el concurso, se nos ocurrió en la época en que Manuel Lagos estaba siendo procesado en virtud de la dichosa ley. Hubo en su favor conciertos, manifestaciones, campañas en internet, etcétera, pero de pronto comenzamos a cansarnos de la queja, del lloriqueo, de la súplica”, dice Ergas. “Entonces nos pusimos en la cabeza la idea de que lo que estaba haciendo la ley 20.000 era siniestro, y una manera de probarlo era exhibir ejemplos o pensamientos en torno al tema, demostrar que los fumadores de marihuana, en su inmensa mayoría, no son delincuentes hasta el momento en que son obligados a serlo”.

Situaciones extremas. Entre las historias reunidas en el libro 20.000 es posible encontrar experiencias de compras de pitos en barrios marginales, situaciones extremas de personas que buscan en la marihuana alivio para los dolores de parientes gravemente enfermos, y hasta una pieza futurista en la que la legalización de la marihuana despierta la codicia del empresariado, dando origen a un irreversible desastre económico.

Literatura y vida. El escritor Álvaro Bisama, integrante del jurado del concurso, opina que la iniciativa ha sido necesaria. “Es una instancia”, dice, “que permite expresar vivencias, experiencias, en un punto donde la literatura se cruza con la vida, y que da la oportunidad de exorcizar cosas que quizás no aparecerían en un concurso literario normal. En estos relatos hay rabia contenida pero también hay, en los autores, un deseo de contar, de narrar, de hablar de sí mismos”.

Abajo los mitos. El ex parlamentario Nelson Ávila, también parte del equipo de jueces, comenta que el tema de la convocatoria ha sido “muy acertado”. Se explaya: “Asistimos al desmoronamiento de muchos mitos, en particular relativos a la cannabis. Nada mejor que la literatura para ponerlos de manifiesto a través de una variada gama de percepciones y sensibilidades. Estos relatos dejan al desnudo las contradicciones, anacronismos y falencias de la normativa vigente”.

Terror narrativo. “Nadie quiere vivir con miedo”, dice Simón Ergas acerca de la preocupación por la ley 20.000. “El concurso, en ese sentido, ha sido interesante, porque la propuesta era tremendamente específica: no cuentos de volados ni de hierba, sino sobre la ley, el espeluznante escenario en que nos pone esa ley y los cuentos que se construyen sobre la base del terror narrativo”.

 

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