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Diego del Pozo: “La faceta intelectual de Gabriela Mistral es la más potente y desconocida” en Fundación La Fuente

Por la humanidad futura, reúne alrededor de 45 artículos de Gabriela Mistral, que recorren desde 1920 hasta su muerte, en 1957. En la antología, seleccionada por Diego del Pozo —Magíster en Literatura y estudiante de doctorado en Patrimonio cultural en la Universidad de Helsinki, Finlandia—, aparecen temas como la educación, la igualdad, el feminismo y la democracia. Uno de los criterios importantes para hacer esta selección, dice del Pozo, fue la vigencia de los textos: “La idea no era solo hacer un viaje al pasado, sino que darnos cuenta de que hay muchas cosas planteadas por Mistral, que hoy, 80 años después, todavía no hemos resuelto. Son discusiones que están por sobre la superficie histórica”.

El rescate editorial, bajo el sello La Pollera, fue posible gracias al legado inédito de Mistral que llegó a Chile el año 2007 y que hoy está disponible íntegramente en la página web de la DIBAM: “Encontramos ahí cosas bien interesantes. En este libro hemos recuperado, por ejemplo, textos de ella que fueron a conferencias, pero que nunca antes se habían publicado. Y creo que el ejercicio de leerla cronológicamente —como está en este libro—, permite ver cómo va evolucionando su pensamiento”.

—¿Cuáles son los temas que le interesan a Gabriela Mistral?

humanidad futura—Este libro intenta hacer una aproximación desde dos lugares a Gabriela Mistral. Por un lado, está la intelectual cosmopolita, que se va de a poco haciendo cargo de los conceptos que incumben a Occidente; Europa y Latinoamérica, principalmente. Mistral, entonces, habla de la Revolución Mexicana, de la Guerra Civil Española, de la Segunda Guerra Mundial, del fascismo y de las consecuencias de las crisis de humanidad que llevan todos estos conflictos. Hay, digamos, un seguimiento histórico a la primera mitad del siglo XX con sus hitos más significativos, los que son explicados y criticados por Gabriela Mistral. Pero es un seguimiento que, así como pasa con intelectuales de gran escala, trasciende el momento histórico.

Por otro lado, debemos comprender que el concepto de política en esta antología no está tomado en ningún caso como el que se genera desde los partidos políticos —algo que habría sido muy injusto con Mistral, que nunca militó en ningún partido—; sino que tiene que ver con la idea más prístina de política, o sea, la polis, que es lo que nos hace a todos ser parte de una ciudadanía y de una sociedad, y que hace que cada individuo tenga ciertas responsabilidades. Es, digamos, la posición política de Mistral frente a qué debería hacer la sociedad.

Hay, por ejemplo, cosas sobre educación, sobre todo de su experiencia con las escuelas granjas en México, que es una cosa maravillosa. Ella llegó a México con la libertad que le entregó el gobierno revolucionario mexicano para aplicar ideas que acá en Chile había intentado hacer, pero rechazaron por encontrarlas subversivas o inviables. En México ella logró llevar a cabo un concepto educacional que se parece bastante a la nueva reforma educacional que está haciendo Finlandia hoy. Es decir, algo totalmente vanguardista. Hay varios aspectos de la educación tocados por Mistral que pueden hacer repensar la forma en que estamos educando.

Varios aspectos de la educación tocados por Mistral, pueden hacer repensar la forma en que estamos educando

El título del libro, Por la humanidad futura, es tomado de un texto de Mistral que escribió en los años 30, donde habla de la importancia que tienen los profesores en formar a las futuras generaciones. Hace un llamado a la humanidad: si no nos hacemos cargos de nuestros profesores, que estén en el nivel en el que tienen que estar, vamos a estar teniendo esclavos de un sistema que no es libertario ni democrático. Son los profesores quienes forman esclavos o una sociedad de hombres libres. Es así de drástica su postura. El nombre del texto funciona también como nombre para la antología porque nos trae al 2015 a Gabriela Mistral: nosotros somos esa humanidad futura y también los que vienen.

—Feminismo, igualdad y democracia, son otros de sus temas.

Hay cosas del feminismo que son muy interesantes porque ella habla sobre este tema mucho antes del boom de la década de los 60. Y marca un patrón muy duro. Ella dice que el feminismo no se puede generar desde los grupos de elite, de la alta sociedad, como es el caso en Chile, porque eso no llevará a una transversalidad del discurso. A menos de que sea un discurso amplio y que haya, por ejemplo, obreras metidas, el feminismo será algo menor. Eso lo dice 30 años antes de que colapsara el discurso.

Está también la Mistral latinoamericanista, que lee a Simón Bolívar y a José Martí, y que tiene la idea de que hay un solo pueblo desde México hasta Punta Arenas. Cree en la necesidad de generar una identidad en conjunto, incluyendo a Brasil. Es una idea que se ha ido perdiendo. La puede recuperar Chávez, por ejemplo, pero desde un discurso populista; no desde una ética intelectual.

Otro tema para ella es la democracia. La democracia, dice Mistral, le llegó a Latinoamérica como un estatuto listo. “Esta es la forma en que hay que gobernar”, nos dijeron. Entonces, cuando ya se logran las independencias, a principios del siglo XIX, todos los países latinoamericanos intentaron asumir la democracia, pero no se dieron cuenta de que el proceso democrático de los países europeos llevaba más de 2.000 años. Por otro lado, no existe una formula estática de cómo debe funcionar la democracia, sino que la democracia requiere constantemente de renovación. Y Mistral hace un aviso al respecto. Dice, ojo, si no nos hacemos cargo de esta recién llegada, la democracia, vamos a entrar en crisis constantemente. Eso lo dice a propósito del cambio constitucional de 1925, cuando ha habido una sucesión de gobiernos democráticos en Chile. Ella sospecha que puede venir una crisis institucional, porque sigue viendo que no hay participación de los obreros, de los profesores y que hay instituciones que están al margen de la discusión política, porque la política está puesta en una elite y eso no es democrático.

—Mistral nunca militó en ningún partido político, ¿por qué?

Para Mistral el intelectual  tiene un compromiso con la sociedad

Creo que por su percepción de cuál era el rol del intelectual en la sociedad. Mistral en cada lugar al que llegaba, en cualquier lugar del mundo, daba conferencias y se preocupaba de saber qué estaba sucediendo con el pueblo, con la educación. Y creo que haber participado en un partido político la habría encasillado en una posición. El intelectual para ella tiene un compromiso con la sociedad.

Sí tenía ideas de izquierda muy de avanzada. Plantea reformas agrarias, voto femenino, igualdades democráticas, cuando en Chile todavía tenemos un patriarcado. Mistral no militó en ningún partido, pero si tuviéramos que ponerla en algún lado sería en partidos humanistas, más de izquierda. La Democracia Cristiana ha tratado de apropiarse de Gabriela Mistral para su partido, debido a su carteo con Frei Montalva, pero no era DC.

Rescatar el legado

La primera aproximación de Diego del Pozo al estudio de Gabriela Mistral fue cuando era estudiante de Letras en la Universidad Católica, 10 años atrás. El profesor Luis Vargas Saavedra dictaba entonces una cátedra de Mistral y él fue su ayudante. Poco después, el 2007, apareció el legado inédito de la poeta –105 cajas con manuscritos, correspondencia y fotografías, entre otros documentos—, donado por Doris Atkinson: “Ahí nos dimos cuenta de que la poesía inédita de Mistral era mayor que la publicada. Había, entonces, que empezar a estudiar a Mistral de nuevo. Lo mismo sucedió con la prosa, con sus cartas. Fue como estar en el lugar correcto en el momento correcto. Estaba todo este material que requería de personas que quisieran empezar a ampliar el discurso mistraliano y ahí estaba yo”, dice del Pozo.

poemadechile-310x464Sobre este legado inédito, dice además: “Siento la responsabilidad de transmitir a Mistral. Es más fácil tomar a la Mistral profesora rural, que escribe poesía infantil, que tomar a la política o a la mística, que son aristas más complicadas. Algo similar ocurre con Neruda: es más fácil asociarlo al caldillo de congrio y a las caracolas, que meterse en el Winnipeg o en su poema Residencia en la tierra. Creo que se le ha simplificado”.

El primer libro que del Pozo rescató de Gabriela Mistral fue El Poema de Chile, también bajo el sello La Pollera: “Era un libro que nunca se publicó mientras ella estaba viva. Las ediciones existentes tenían alrededor de 70 poemas y cuando nosotros empezamos a revisar el legado inédito, había muchos poemas que calzaban con la temática y los personajes. Aparecieron 10, 20, 50 más. El Poema de Chile era un poema gigante, de 300 páginas. Había que sacarlo porque Mistral lo escribió pensando en reemplazar a la Araucana. Siempre fue muy crítica de la idea de que nuestro poema épico fuera escrito por un español y hablara del genocidio de nuestro pueblos indígenas. Esa motivación inicial, junto con su idea de revivir el país que había dejado, son la gestación del poema de Chile. Que me parece un libro maravilloso”. Por la humanidad futura es un segundo paso de un rescate mayor que planea hacer del Pozo junto a La Pollera. “En este caso —explica del Pozo—, el propósito era recuperar a la intelectual. La más potente y desconocida faceta de Mistral”.

—Fue muy postergada en Chile Gabriela Mistral. Primero le dieron el Premio Nobel (1945) y años después en Chile el Premio Nacional (1951).

Creo que hay varios motivos. Quizás el más significativo tiene que ver con la sociedad chilena de la época. Era una sociedad patriarcal, donde la mujer todavía no tenía una voz, entonces esta mujer intelectual, independiente, viajera, que no pertenece a la clase alta, se hace muy incómoda para los hombres. Se le hace la vida muy difícil en Chile a Mistral.

Al final del tiempo en que vivió en Chile, es decir a fines de la década del 10, se asienta en Santiago, que es el lugar donde están sucediendo las discusiones. Siempre antes la habían tenido en regiones, apartada. No la querían acá. Por eso probablemente su autoexilio. Ella se fue en 1922 y volvió tres veces de visita a Chile. Hizo su vida afuera. Es más bien ciudadana del mundo. Por eso también sucede que en otros países se le lee y conoce más.

No querían a Mistral en Chile, recién cuando ganó el Nobel la homenajearon. Por eso su autoexilio.

Fue en México donde vio la posibilidad de llevar a cabo sus ideas, gracias a José Vasconellos, el símil de nuestro Ministro de Educación del gobierno mexicano revolucionario. Y ella asumió México como su segunda patria, por cómo la recibe.

—También fue excluida de la Antología de poesía chilena nueva (1935), compilada por Volodia Teitelboim y Eduardo Anguita.

—Sobre todo las primeras tres décadas del siglo pasado, es un momento en que el arte en general entra en una etapa de abstracción, de deconstrucción, donde la poesía de vanguardia la llevan los surrealistas. Es la ruptura del lenguaje lo que va más cerca de lo que se está haciendo. Algo que está, por ejemplo, en el Altazor, de Huidobro. Gabriela Mistral, por otro lado, está escribiendo Sonetos de la muerte. Es decir, está haciendo como un neoclasicismo cuando todos los demás están en otra discusión. Era fácil en ese sentido dejarse llevar por los vientos de la época y a todo el que, como Mistral, estuviera haciendo algo diferente a lo que fuera Man Ray o el discurso político parisino, dejarlo afuera.

Esperemos que ahora estemos más preparados para leerla de lo que estábamos años atrás.

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