“Juan Emar y el rescate de la Vanguardia Chilena” en Objeto Libro

Fuente: Objeto: libro

Leer a Juan Emar es un encuentro con la vanguardia chilena.
Leer a Juan Emar es mirar lo que existe más allá de la cordillera, el desierto y el pacífico.
Leer a Juan Emar es soltar las amarras del hastío.
Leer a Juan Emar es una posibilidad cierta y necesaria para enfrentar la contingencia.

Hoy  29 de abril de 2014 comienzan, de hecho, las actividades conmemorativas  de los  50 años de la muerte física del artista  Juan Emar (del francés j’en ai marre, “estoy harto”), pero que fue bautizado por sus padres como Álvaro Yáñez Bianchi.  Para recordarlo se prepararon algunas actividades conjuntas, exposición y lanzamiento de libro inédito, entre la  Fundación Juan Emar, la  Biblioteca Nacional de Chile y La Pollera Ediciones.
Entonces, este martes se inaugura la exposición “¡Estoy harto! escritos de arte de Juan Emar“, que reúne imágenes, manuscritos y publicaciones del vanguardista que preparó la  Fundación Juan Emar y que se exhibirá en la Galería de Cristal de la Biblioteca Nacional.  Esta muestra es un recorrido por  las Notas de Arte que se publicaron en el diario La Nación, escritos en los que promovía  la necesidad de ruptura con el criollismo que predominaba tanto en la plástica como en la  literatura en el Chile de las primeras décadas del siglo XX. En este recorrido se podrá conocer sus  influencias y amistades,  los  libros que lo marcaron  y una parte del  legado que conserva el Archivo del Escritor que incluye originales manuscritos de sus obras, dibujos, cuadernos y correspondencia.

Texto inédito

Juan Emar CavilacionesOtro rescate  de La Pollera Ediciones es el que se lanzará este día. Se trata del libro “Cavilaciones“, texto  en el que el Juan Emar refleja aristas de su personalidad artística y que tiene la valía de ser el primer intento por documentar de manera sistemática un pensamiento poético propio. Para esta oportunidad, serán Nicolás Leyton, editor de La Pollera Ediciones, y Pablo Brodsky, presidente de la Fundación Juan Emar, los encargados de presentar este aporte a la literatura chilena y latinoamericana.
Este libro data de 1922, justo antes de que regresara a Chile desde París y representa una  reflexión sobre la creación y el arte que explicita el pensamiento del escritor. También es un ejercicio que realizó Emar para ordenar y aclarar a sí mismo su manera de comprender o sentir el mundo. “Cavilaciones” ayuda además a entender el resto de la obra de Emar compuesta por libros como “Escritos de Arte”, “Ayer”, “Miltín 1934”, “Un Año” , “Diez”, “Umbral”.

“Lanzamiento de libro “Cavilaciones” de Juan Emar” en El Desconcierto

Fuente: El Desconcierto

Estas Cavilaciones de Álvaro Yáñez Bianchi fueron escritas en 1922, justo antes de que regresara a Chile desde París y comenzar con sus Notas de Arte en La Nación bajo el seudónimo de Juan Emar. En este libro asistimos a un camino de meditación en el que el autor busca aclarar a sí mismo su manera de comprender o sentir el mundo, e indaga cómo de este proceso de afinación se puede originar el mal.

El lanzamiento será realizado en la Sala Ercilla de la Biblioteca Nacional, el martes 29 de abril a las 19:00 hrs.. Presentarán el libro Nicolás Leyton, editor del libro,  y Pablo Brodsky, presidente de la Fundación Juan Emar.

Luego se ofrecerá un vino de honor, se abrirá al público la exposición.

“Rescatan libro inédito que Juan Emar escribió en 1922” por Rodrigo Castillo para Las Últimas Noticias

En “Cavilaciones”, el autor expone los orígenes de su singular propuesta narrativa

E ntre los compañeros de niñez de Juan Emar destacan unas tarántulas de campo que, según cuenta el autor, eran “grandes como ratones” y estaban equipadas con patas “fuertes como dedos humanos” y colmillos “semejantes a las garras de un gato”.

“La araña es un ser diabólico cuyo solo contacto eriza los cabellos y pone de punta los nervios”, resume el creador de novelas tan hipnóticas y desconcertantes como Miltín , 1934 , Un año y Ayer (todas aparecidas en 1935), para luego afirmar: “Todo lo que era horrible y repugnante me atraía. Tal vez porque lo que así es conmueve con mayor violencia una imaginación desordenada”.

Estos gratos recuerdos de preadolescencia forman parte deCavilaciones , obra que el escritor –una de las figuras más originales e incomprendidas en la historia de la literatura nacional– redactó a mano en 1922 y en la que expone los orígenes de su singular propuesta artística recurriendo a una mezcla de evocaciones personales y razonamientos de carácter estético-filosófico.

El manuscrito no fue publicado en vida del autor y, a lo largo del resto del siglo 20 y la primera década del 21, dormitó en forma de documento confuso, borroneado y laberíntico.

“Emar nunca revisó el texto pensando en una publicación. Entonces, lo que estaba enredado, estaba enredado”, explica Simón Ergas, quien, en su calidad de codirector de La Pollera Ediciones, se encargó, en 2012, de convertir ese intrincado manuscrito en algo más o menos legible.

“Nosotros podíamos mover algunos temas de redacción, pero no mucho, porque es un rescate y hay que respetar el estilo dejado por el autor”, agrega el hombre, quien sumó fuerzas con su socio, Nicolás Leyton, para transcribir y ordenar el material conservado por la Fundación Juan Emar. El resultado de ese trabajo ya se encuentra en librerías, pero el lanzamiento oficial del volumen se realizará el próximo martes, 29 de abril, en la Biblioteca Nacional.

–¿Crees que este libro ayudará a los lectores a entender mejor la obra de Emar, autor cuya narrativa no es precisamente fácil?

–Me imagino que este texto de 1922, al ser bastante previo a los otros que se conocían, es como el nacimiento de un punto de vista que más adelante experimentará en sus obras más narrativas. Este texto, Cavilaciones , fue bastante importante para él, ya que volvió a revisarlo más adelante, parece que durante el proceso de escritura de Umbral , la famosa novela de cerca de cinco mil páginas que dejó inédita al morir.

–En Cavilaciones , Emar ofrece elaboradas reflexiones estético-filosóficas acerca de su propia percepción del mundo. ¿Te sorprendió encontrar esta faceta metódica en un autor que se distingue por su narrativa desestructurada e impulsiva?

–Esa narrativa desestructurada e impulsiva parecía ser parte de los gustos de Juan Emar. Él, ante la oportunidad de lanzarse en una aventura narrativa poco particular, la seguía sin timidez, hasta desarrollar escenas increíbles. Algunas de ellas parecen bromas si las mencionas a la rápida, pero él era capaz de profundizar tanto en lo imposible que lograba fortalecer esas imágenes hasta que su humor se proveyera de significados profundos.

“Biblioteca Nacional presenta exposición ¡Estoy harto! para conmemorar el fallecimiento de Juan Emar” por Paula Almarza en Biobio.cl

Fuente: Biobio.cl

La Biblioteca Nacional de Chile junto a la Fundación Juan Emar y editorial La Pollera inaugurarán este 29 de abril la exposición ¡Estoy harto! Escritos de Arte de Juan Emar, además del lanzamiento del texto inédito “Cavilaciones” en conmemoración de los 50 desde el fallecimiento del escritor chileno.

Tras 50 años desde el fallecimiento de Álvaro Yáñez Bianchi (1893-1964), más conocido como Juan Emar, la exhibición contemplará imágenes, publicaciones y manuscritos destacados de este importante portavoz y pionero del movimiento vanguardista en Chile, donde se recorrerá sus Notas de Arte publicadas en el diario La Nación, las que le permitieron enfatizar la necesidad de ruptura con el criollismo dominante en la literatura y las artes plásticas en el país.

En la muestra se podrá apreciar también las influencias y amistades de Emar, junto con sus libros más importantes y una parte de su legado que conserva el Archivo del Escritor, el que está conformado por cartas, cuadernos, dibujos y manuscritos originales de sus obras.

La exposición podrá ser visitada en la Galería de Cristal de la Biblioteca Nacional desde el 29 de abril, de lunes a viernes entre las 9.00 y las 19.00 horas. Los días sábado desde las 9.15 a las 13.45 horas.

Además, el mismo martes 29 de abril, en la Sala Ercilla de la Biblioteca Nacional, el editor de La Pollera Ediciones, Nicolás Leyton y Pablo Brodsky, presidente de la Fundación Juan Emar realizarán la presentación de “Cavilaciones”, libro inédito en el que el Juan Emar deja entrever parte de su personalidad artística y primer intento documentado ejecutado por sistematizar un pensamiento poético propio.

Cavilaciones, de Álvaro Yáñez Bianchi, fue escrito en 1922, justo antes de que regresara a Chile desde París y comenzara con sus Notas de Arte en La Nación bajo el pseudónimo de Juan Emar. En esta obra literaria se puede percibir la intención del autor de aclararse a sí mismo la manera de comprender al mundo y cómo, desde este proceso puede derivarse el mal, revelando también una reflexión sobre el arte y la creación contenida en sus escritos posteriores.

Sus obras más destacadas son la colección de cuentos Diez (1937), las novelas breves Ayer, Un año y, Miltín 1934 , todas publicadas en 1935. No obstante, el autor ante la crítica a sus composiciones y la indiferencia del público, enfocó sus esfuerzos en la novela magna, Umbral, la que está compuesta por cinco tomos y alrededor de 5000 páginas mecanografiadas y fue publicada de forma póstuma.

Su seudónimo Jean Emar, posteriormente transformado a Juan Emar, proviene de la expresión francesa “j’ en ai marre”, la que traducida al español significa “Estoy harto”, nombre que lleva además la exposición de sus creaciones en la Biblioteca Nacional.

“Juan Emar, liberado” por Marcela Fuentealba para Revista Paula

Fuente: Revista Paula

El 8 de abril se cumplen cincuenta años de la muerte de Juan Emar, uno de los escritores chilenos más enigmáticos y originales del último tiempo, y se celebran con el lanzamiento a mediados de abril de Cavilaciones, selección de los diarios filosóficos que escribió en París en torno a 1920, cuando comenzó su mito fecundo. 

Como buen hijo díscolo de la alta burguesía chilena –su padre, don Eliodoro, era senador y fundador del diario La Nación–, Álvaro Yáñez Bianchi (1893-1964) partió a París a ver el mundo con veintitantos años y volvió con nombre nuevo: Juan Emar, castellanización de la expresión francesa “j’en ai marre”, es decir, “estoy harto”. Si hasta entonces era conocido más que nada como pintor, de vuelta en Chile se convirtió en crítico de arte y defensor de las vanguardias. Más adelante, en 1934, comenzó una obra literaria deslumbrantemente imaginativa: los libros Miltín 1934, Un año y Ayer (publicados hace poco por Tajamar), y luego Diez, en 1937 (recién reeditado por Mago). Con estos cuatro textos breves, compuestos de relatos y fragmentos, Emar se volvería, sobre todo en su posteridad, un autor básico y de culto, único e inclasificable. Articuló de manera completamente original las liberaciones del surrealismo y otros movimientos artísticos rupturistas de Europa: pedazos de sueños y de la vida corriente, además de un humor oscuro y brillante al mismo tiempo, marcan una escritura que tiene la libertad mental propia de los niños y que se lee hoy con sorpresa y avidez.

Para llegar a esa liberación Emar pensó mucho. Esto consta en Cavilaciones, un rescate inédito de sus manuscritos de París en torno a 1920, editado por Simón Ergas y Nicolás Leyton, de La Pollera Ediciones. Los textos resultan fundamentales para comprender su proyecto de vida y de arte: en ellos está el momento en que se decidió a estar harto, a no aceptar más lo dado como verdadero y a salirse de las imposiciones de clase, de país, de lenguaje. “Dudar solo es posible cuando se empieza a suponer la posibilidad de que todo lo que tenemos, no diré por modales, sino por fijo, estable, inamovible, pudiese acaso ser considerado bajo otro punto de vista”, escribe. Emar aparece como precursor y como una conciencia que se propone despertar y explorar lo que se esconde, a la manera del argentino Macedonio Fernández. Escribe sobre el espíritu, lo oscuro, el arte y la sociedad, con profundidad y humor.

A medio siglo de su muerte, la Biblioteca Nacional –donde están guardados todos los manuscritos del escritor– prepara para el 23 de abril la muestra Notas de arte, que exhibe los textos que Juan Emar escribió para La Nación.

Su obra posterior es enorme y más difícil de leer: unas cinco mil páginas suma el libro Umbral, que se ha publicado por partes (son cuatro “pilares” y un “dintel”, según sus palabras), en el que desde los nombres hasta las sucesos plantean una refundación de la vida imaginaria, como si Chile y su mente se confundieran en un mundo nuevo: su amor se llama Guni Pirque, uno de sus alter egos es Desiderio Longotoma. También se han editado sus textos críticos y parte de sus diarios de juventud, cuando todavía no se llamaba Emar, además de selecciones de su correspondencia.

Cuento “Las cinco de la tarde en algún lado” de Contanza Gutiérrez publicado en The Clinic

[vc_row][vc_column][vc_column_text]El cuento ganador del Primer concurso literario sobre la ilegadlidad de la marihuana en Chile (ojalá el último) fue publicado íntegro en el diario The Clinic. A continuación “Las cinco de la tarde en algún lado” de Constanza Gutiérrez.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_gallery interval=”5″ images=”857,858″][/vc_column][/vc_row]

“La Pollera Ediciones y la mano del destino”, entrevista en Objeto: libro

La Pollera es la editorial chilena que publicó a José Edwards, Gabriela Mistral y su versión extendida de Poema de Chile, y por estos días se encuentra preparando una edición de Juan Emar. Tiene apenas dos años de existencia, y de manera muy azarosa, ha ido armando una interesante línea de recuperación histórica de la literatura chilena.

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“20.000. Diez relatos espeluznantes” por Rodrigo Pinto para Revista El Sábado

La legalización de la producción y el consumo de la marihuana en Uruguay ha reabierto un debate mundial sobre una droga cuya peligrosidad ha sido muy cuestionada. La ley 20.000 penaliza el tráfico de marihuana. No así el consumo, pero, para consumir, hay que tener; y eso abre dos opciones: el autocultivo -penado por la misma ley- y el recurso a las redes de narcotráfico. De ello tratan estos diez cuentos, como lo aclara el subtítulo: “Una ley que fabrica delincuentes en un país donde nadie está a salvo”. En la introducción, los editores dicen que “no estamos discutiendo los beneficios o depravaciones de un vegetal casualmente llamado droga en vez de ensalada. Lo que buscamos es demostrar que la persecución es siniestra y es una solución retrógrada al problema de la drogadicción (si es que la marihuana juega un rol en eso)”. Para encontrar los relatos organizaron el Primer Concurso Literario Sobre la Ilegalidad de la Marihuana en Chile.

Algunos cuentos, como es previsible, rondan la innecesaria truculencia, especialmente los dos primeros, “Por veinte lucas” y “Sin pepas”. “Euforia” es un relato que juega con la idea de que la legalización universal de la marihuana tendría efectos devastadores en la sociedad. Hay otros cuentos cuyo valor es más testimonial y didáctico: “Cronología del daño” y “Por la madre, cualquier cosa”, apuntan hacia el riesgo del autocultivo; en la misma línea, pero desde la perspectiva de un policía arrepentido que a la vez apunta a la corrupción que protege el narcotráfico, se inscribe “Relato de un antihéroe”. “El profesor” y “Solo fui a comprar” tocan el microtráfico. Este último es uno de los más logrados; la trama es obvia, se trata de comprar droga, pero el estilo coloquial del relato capta muy bien la sensación de riesgo y peligro: “Todo lo que tuve que hacer me lo hicieron quienes permiten que esto se mantenga así. Esta vez no me atraparon los pacos ni los delincuentes, pero sí me atraparon. Me sentí un delincuente más, un delincuente sin culpa ni delito”. “100 sensaciones” sitúa la marihuana como parte central en una historia de amor. “Las cinco de la tarde en alguna parte” es otro cuento muy bien escrito y quizá el más imaginativo: ya no se trata de la marihuana, esta vez es otro producto de consumo habitual el perseguido por la ley, y el juego paródico que levanta la autora es de lo mejor del libro.

Varios autores. Libros de la Pollera. Santiago, 2013. 135 páginas.

“Lanzan espeluznante antología con relatos sobre la ilegalidad de la marihuana” por Patricio González en El Mostrador

Fuente: El Mostrador

El dibujo de un tipo medio frankensteineano fumándose un pito de marihuana con los ojos bien rojos (ilustración de Rafael Edwards). La estela del humo del pito forma el cero final que completa la cifra 20.000. Y arriba se lee: “Una ley que fabrica delincuentes en un país donde nadie está a salvo”.

Esta es la portada de la antología 20.000. Diez relatos espeluznantes de la editorial Libros de la Pollera, obra que reúne los diez mejores cuentos del Primer Concurso Literario sobre la Ilegalidad de la Marihuana en Chile y que el sábado 21 de diciembre fue lanzada dentro de las actividades de la Furia del Libro.

El número alude a la  Ley 20.000, ley de drogas y estupefacientes de Chile que establece las penas para el tráfico de sustancias estupefacientes o sicotrópicas ilícitas, entre las que se cuenta la marihuana, considerada en Chile como una droga capaz de producir “dependencia física o síquica”, y “graves efectos tóxicos o daños considerables a la salud”.

Las multas que establece dicha herramienta legal respecto a una persona que planta, cultiva o cosecha sin autorización plantas del género cannabis (cáñamo o marihuana) fluctúan entre 40 y 400 UTM y prisión de tres a 20 años. También se penaliza el comprar, vender, regalar, compartir, transportar,  permutar, etc., pero no es delito consumir, excepto, claro está,  si demuestra que esa planta es para consumo personal y próximo en el tiempo. Para tal caso, se aplican las mismas sanciones que por consumo en la vía pública, a menos que se demuestre que la tenencia de la planta obedece a un tratamiento médico.

PrintSimón Ergas, editor de Libros de la Pollera y cabeza organizadora del concurso, junto con Nicolás Leyton, aclara que este concurso literario solo busca formas de expresión sobre el tema de la ilegalidad de la marihuana en Chile. Explica que no fueron seleccionados grandiosos textos que apuntaban a la valoración subjetiva de la hierba, ni tampoco quisieron meterse en ese tema: “Ya está todo dicho, lo que queda son discusiones bastante personales”, dice.

“Lo único que identificamos y de lo que propusimos escribir es sobre el siniestro escenario impuesto por la ley 20.000, sobre una droga que casi no lo es, que es una planta sin aditivos, que es algo tan natural como el té; sobre esto se cierne una amenaza de violencia tanto desde el narcotráfico como desde la policía. El fumador de marihuana está solo y perseguido por todos”, señala Ergas.

Cuando le preguntamos “a pito de qué” nació esta iniciativa, el editor ilustra su respuesta con un cuento que está en la antología, “Cronología del daño”. Ese relato “cuenta una historia de una familia común y corriente cuyo padre, de pronto, cae preso por un montón de marihuana que guardaba en su patio. ¿Era fumador? Probablemente, pero no estamos hablando de eso, sino de las consecuencias, como le pasó a Manuel Lagos, porque no fue algo que él hizo, sino algo que le pasó, un accidente, ser víctima de uno de los engranajes maltrechos y nunca reparados de la máquina”, afirma.

Según Ergas “todo esto es muy cruel y hay una necesidad imperiosa por cambiar la ley 20.000, ya sea por reducir la violencia innecesaria, ya sea para no obligar a los montones de fumadores a ingresar al mundo del narcotráfico”.

El paso que quisieron dar con este concurso fue mostrar, contar las historias íntimas detrás de quienes fuman la hierba. “Convocar a un concurso que sea netamente enfocado en el desagrado que trae para todos (consumidores y no) esta ley”, dice.

Entre esas historias íntimas hay un cuento en la selección que se llama “Euforia”, en el que el autor especula sobre un futuro en el que se legaliza la hierba y grandes conglomerados rápidamente privatizan las semillas y le agregan componentes genéticos acelerantes y adictivos, cuenta el editor. Además, hay historias sobre compras de pitos en barrios marginales y otras como el calvario de conseguir la hierba para un pariente que padece de cáncer que pueda aliviar los dolores de su enfermedad.

El jurado del concurso estuvo compuesto por Alejandro Zambra, Nelson Ávila, Álvaro Bisama y Simón Espinosa.

El aporte de la iniciativa

Respecto a si iniciativas como esta sirven para ampliar la estrecha concepción legal y social sobre el uso y consumo de la marihuana, Ergas no se pronuncia y sí deja en claro que la intención de este concurso es hacer entender que “la mayoría de los fumadores de marihuana no son delincuentes, no andan acechando jovencitas detrás de los paraderos, ni son grandes empresarios que por corazón les late una tabla Excel. Es gente, normal, escritores y de otras profesiones, quienes nos cuentan en este libro cómo ha sido la cosa para ellos. Obviamente hay un componente literario y estilístico: esto es ficción”, aclara.

El editor piensa que el debate sobre la legalidad de la marihuana solo se abrirá cuando en nuestro país nos atrevamos a hacerlo. Sostiene que es absolutamente necesario que no sea ilegal. “Ahora, lo que importa es evitar la criminalización, la violencia que nace de todo esto, la persecución, en otras palabras, el miedo”.

Consultado sobre el paso dado por Uruguay en torno a la legalización, señala que “lo más valioso es que no tienen miedo en decirnos que es un experimento, que no tienen absoluta certeza de si va a funcionar”.

 La filosofía del garrote no nos gusta

Ergas desconoce el aporte de la marihuana en una sociedad que permita su uso libre y tampoco se pronuncia sobre las restricciones que pondría en su consumo. “Lo que cada uno haga con su vida no es asunto nuestro. Lo que sí estoy seguro es que la filosofía del garrote no nos gusta. Hoy por ejemplo no nos dejan abortar, y mientras sí un par de diputados discuten si es angelical o demoniaco, la gente lo hace clandestinamente, donde si no se mueren, se van presos. Todo eso es innecesario: prohibir desenfrenadamente en vez de conversar, de educarnos y ayudarnos”, afirma.

Desde el punto de vista del concurso literario que hicieron, el editor no se cuestiona el porqué la marihuana ha sido tan prohibida y ni tampoco ahonda en la relación política-cultural-simbólica que hay detrás de la represión-restricción que establece la ley. “Si es buena o mala son cosas que tendremos tiempo para discutir y descubrir una vez que detengamos lo urgente: la tortura que puede caer sobre cualquiera de nosotros y en cualquier momento”, enfatiza.

Insiste en que detras del concurso lo que les preocupó principalmente fue el etema de la ilegalidad y las consecuencias infladas que se pudiesen padecer al respecto.

Hay muchos artistas que fuman hierba. ¿Ayuda en los procesos creativos la marihuana?

Seguro. Quizás sí, la hierba te hace razonar de manera muy especial, pero probablemente te canses antes. ¿Te tomaste una bebida energética para ir al trabajo? La hierba es lo mismo, pero para el otro lado. Un ingrediente que puedes decidir tener o no en tu propia vida, y que probablemente no influya a nadie más que a ti.

¿Cómo sería nuestra sociedad si legalizaran la marihuana?

Una sociedad más sana. Nos hemos puesto, décadas tras décadas, convicciones que nos visten de pies a cabeza y ya casi no nos dejan ver. La marihuana es uno de tantos otros temas que hay que enfrentar no porque queramos fumar hasta morir, sino solo porque la gente lo sigue haciendo. Hay una parafernalia horrorosa y que nadie necesita, ni perseguidores ni perseguidos.

” Libro de cuentos espeluznantes le sale al paso a la ley antimarihuana” por Rodrigo Castillo para Las Últimas Noticias

E s el primero y sus organizadores quieren que también sea el último. Hablamos del Concurso Literario sobre la Ilegalidad de la Marihuana en Chile.

Ideada por el escritor-editor Simón Ergas y su socio Nicolás Leyton, la competencia ha tenido un propósito bien específico: mostrar, a través de cuentos enviados por autores jóvenes, las sensaciones de paranoia, indignación e impotencia derivadas de la puesta en vigencia de la controvertida ley 20.000, que convirtió a la marihuana en el algo más luciferino que el mismísimo Diablo.

De los casi cien trabajos participantes, el jurado seleccionó los que ahora conforman 20.000: diez relatos espeluznantes , volumen editado por el sello La Pollera que será lanzado este sábado en el marco de la Furia del Libro (ver recuadro), ocasión en la que además se dirá cuál de esos diez cuentos es el ganador del certamen.

“Este proyecto, el concurso, se nos ocurrió en la época en que Manuel Lagos estaba siendo procesado en virtud de la dichosa ley. Hubo en su favor conciertos, manifestaciones, campañas en internet, etcétera, pero de pronto comenzamos a cansarnos de la queja, del lloriqueo, de la súplica”, dice Ergas. “Entonces nos pusimos en la cabeza la idea de que lo que estaba haciendo la ley 20.000 era siniestro, y una manera de probarlo era exhibir ejemplos o pensamientos en torno al tema, demostrar que los fumadores de marihuana, en su inmensa mayoría, no son delincuentes hasta el momento en que son obligados a serlo”.

Situaciones extremas. Entre las historias reunidas en el libro 20.000 es posible encontrar experiencias de compras de pitos en barrios marginales, situaciones extremas de personas que buscan en la marihuana alivio para los dolores de parientes gravemente enfermos, y hasta una pieza futurista en la que la legalización de la marihuana despierta la codicia del empresariado, dando origen a un irreversible desastre económico.

Literatura y vida. El escritor Álvaro Bisama, integrante del jurado del concurso, opina que la iniciativa ha sido necesaria. “Es una instancia”, dice, “que permite expresar vivencias, experiencias, en un punto donde la literatura se cruza con la vida, y que da la oportunidad de exorcizar cosas que quizás no aparecerían en un concurso literario normal. En estos relatos hay rabia contenida pero también hay, en los autores, un deseo de contar, de narrar, de hablar de sí mismos”.

Abajo los mitos. El ex parlamentario Nelson Ávila, también parte del equipo de jueces, comenta que el tema de la convocatoria ha sido “muy acertado”. Se explaya: “Asistimos al desmoronamiento de muchos mitos, en particular relativos a la cannabis. Nada mejor que la literatura para ponerlos de manifiesto a través de una variada gama de percepciones y sensibilidades. Estos relatos dejan al desnudo las contradicciones, anacronismos y falencias de la normativa vigente”.

Terror narrativo. “Nadie quiere vivir con miedo”, dice Simón Ergas acerca de la preocupación por la ley 20.000. “El concurso, en ese sentido, ha sido interesante, porque la propuesta era tremendamente específica: no cuentos de volados ni de hierba, sino sobre la ley, el espeluznante escenario en que nos pone esa ley y los cuentos que se construyen sobre la base del terror narrativo”.