“Incompetentes” por Rodrigo Pinto en Revista El Sábado

Esta primera novela de Constanza Gutiérrez (1990) es una demostración de que se puede escribir bien, con naturalidad y cuidado, sin innecesarios alardes metaliterarios, frecuente defecto de escritores jóvenes ansiosos por demostrar que pertenecen al club. La autora sitúa la trama en un colegio en toma, de aquellos que reciben a los alumnos que el sistema va desechando, porque no se ajustan al promedio de normalidad. Y ese es el hilo que recorre el relato: no hay referencias políticas y el asunto de la toma es considerado más bien desde el ángulo de la ausencia de los adultos (abandono que solo en el momento de la toma se torna explícito) que como un acto de protesta. Mal que mal -salvo un trío de alumnas- se trata de estudiantes que ya están en alguna clase de borde, desajustados, con una mirada ligeramente desenfocada. De ahí el título del libro, que de manera más bien oblicua pone en cuestión el afán de competir (o la obligación de desarrollar competencias para, por ejemplo, rendir bien en el colegio para poder pasar a otra etapa y desarrollar otras competencias). Esa sensación de desajuste da el tono al relato, trabajado mediante fragmentos.

La voz narrativa está a cargo de una estudiante, Laura, que introduce al resto de los personajes (la amiga, las mateas, el militante, el amigo que le gusta, un perro) y traza breves estampas de la forzada convivencia en un espacio cerrado que ya casi no tiene vínculos con el mundo exterior. La estructura fragmentaria enriquece las posibilidades de lectura y muestra también la habilidad de la autora para ceñir el relato a una exigencia formal -el límite de extensión de los fragmentos-, sin forzar los cierres.

Los escasos diálogos aportan la nota coloquial a una novela breve, que cuida la atmósfera del relato y desarrolla una trama sobre la base de sensaciones, encuentros, conversaciones, más que sobre hechos, aunque estos finalmente precipiten el desenlace. “Algo me estaba ardiendo dentro, pero quizá solo estaba sentada muy cerca del fuego”, escribe Laura ante una decepción amorosa, pero en realidad todo parece arder a fuego lento en una historia de crecimiento, de ritos de paso, de descubrimientos, una fórmula clásica trabajada con originalidad, rigor y estilo.

Constanza Gutiérrez. La Pollera Ediciones, Santiago, 2014. 72 páginas.

“Los números” por Diego Zúñiga en Revista Paula

Fuente: Revista Paula

Le faltan varios años para llegar a los 30, pero el escritor y periodista Diego Zúñiga ya publicó su segunda novela, Racimo, y maneja una pequeña editorial junto a otros dos escritores llamada Montacerdos. Lector entusiasta y conocedor de la escena literaria local, en este recuento comparte datos y lecturas.

Ilustraciones: Gabriel Ebensperger


Le faltan varios años para llegar a los 30, pero el escritor y periodista Diego Zúñiga ya publicó su segunda novela, Racimo, y maneja una pequeña editorial junto a otros dos escritores llamada Montacerdos. Lector entusiasta y conocedor de la escena literaria local, en este recuento comparte datos y lecturas.

3 lugares comunes sobre las editoriales independientes chilenas que son falsos

1. Que todo lo que publican es bueno.
2. Que sus editores son mejores lectores que los de las editoriales más grandes.

Revista Paula

3. Que sus libros son difíciles de encontrar.

Revista Paula

1 razón por la que no he podido dejar de escribir sobre el norte de Chile
1. Porque es un territorio lleno de historias oscurísimas, a pesar de ser uno de los lugares más bellos del país.

3 lugares comunes sobre las editoriales independientes chilenas que son verdaderos
1. Que en sus catálogos se arriesgan más que las editoriales grandes: con reediciones, con traducciones, con libros de autores contemporáneos.
2. Que están publicando a los narradores jóvenes más interesantes de estos años.
3. Que sin ellas el panorama editorial chileno sería bastante más desolador.

1 editorial latinoamericana cuyo catálogo admiro (y envidio, claro) completamente
1. La Bestia Equilátera, de Argentina: aún no leo un libro malo que hayan publicado. Y eso que los he leído casi todos.

2 narradores chilenos que debutaron este año y que todos debiesen leer
1. Constanza Gutiérrez (1990) y su novela Incompetentes (La Pollera): una lúcida y delirante mirada sobre los jóvenes de hoy, en medio de una toma de colegio.
2. Carlos Araya (1984) y su novela Ejercicios de encuadre (Cuneta): al salir de la cárcel, un hombre intenta rearmar su vida. Es fragmentaria y muy oscura.

2 razones por las que es bueno haber publicado, después de cinco años, una segunda novela

Revista Paula

1. Porque ya no tendré que seguir hablando de un libro –Camanchaca– que escribí hace tanto tiempo.

Revista Paula

2. Porque ya no escribiré más con las expectativas que carga siempre una segunda novela.

4 novelas infalibles para regalar en Navidad (o en cualquier época, en realidad)
1. Stoner, de John Williams: la historia de un modesto profesor de Literatura, que se parece demasiado a la vida de cualquiera de nosotros.
2. Léxico familiar, de Natalia Ginzburg: no conozco, creo, otra narradora que haya escrito con tanta belleza y lucidez sobre aquella cosa compleja que son las familias.
3. Postales de invierno, de Ann Beattie: creo que es la novela de amor más bonita y triste que he leído.
4. La promesa del alba, de Romain Gary: hay algunos ejemplares de bolsillo repartidos en un par de librerías de Santiago. Búsquenlos. Es una novela deslumbrante.

” Aparece novela de Juan Emar después de 89 años de reposo” por Lenoardo Sanhueza en Las Últimas Noticias

E n 1923, a los treinta años, Álvaro Yáñez Bianchi todavía no había adoptado el seudónimo de Juan Emar, pero sí había comenzado a escribir la novela Amor , cuyo protagonista se llamaba así, Juan, y en cuya historia ya están trazados muchos rasgos –incluso una escena clave de uno de sus cuentos futuros: la cabalgata en solitario por el campo– que harían célebre al más excéntrico y vanguardista de los narradores chilenos del siglo veinte. El borrador fue terminado en 1925 y su autor, que ya se había convertido en Emar, lo dejó reposar un tiempo.

Tal reposo duró 89 años, hasta estos días, en que Simón Ergas y Nicolás Leyton terminaron de descrifrar el manuscrito del Amor , libro que acaba de ver la luz bajo el sello de La Pollera Ediciones, que hace poco había rescatado otro libro inédito de Emar, Cavilaciones .

“No soy un experto en la literatura de Emar”, explica Ergas. “Pero nos horrorizamos al ver que tanto Cavilaciones como Amor estaban inéditos sin razón alguna”.

–¿Te parece que en Amor ya están presentes muchos aspectos del “mundo” de Emar, que vino a mostrarse recién en 1935, cuando publicó sus tres primeros libros?

–Si bien publicó sus libros en la década del 30, por algunas fechas en algún cuento queda claro que estaba escribiéndolos de antes. Además, con Cavilaciones abrió una búsqueda filosófica que se perpetuó luego hacia su obra literaria. Hay grandes temas que atraviesan su creación; su necesidad de comprender más al ser humano, su apreciación de las artes, la inevitabilidad del fuego creador que se cobija en el artista, sus preferencias por ciertos colores, las luchas generacionales con los artistas viejos y, sobre todo, su percepción tan subjetiva de la realidad, cosa que en algunos cuadros literarios lo llevaron a pintar imágenes absolutamente surrealistas. Las excursiones inspiradoras al campo, la locura por comprender el mundo intelectualmente, el sentimiento de soledad respecto a la gente “normal”. En Amor comenzó también a experimentar de manera estética sus ideas.

–La época en que escribió este libro (1923-25) coincide con la creación del seudónimo Jean Emar (1924), que luego quedó en Juan Emar. ¿Considerarías que este libro marca también su “nacimiento” literario?

–Podríamos decirlo. Hay una anécdota en la edición de este libro que podría responder esa pregunta, es una pregunta abierta que nos hicimos con quienes participaron de esta transcripción pero podría arrojar ciertas luces. El manuscrito de Amor tenía sus primeras veinte páginas mecanografiadas. Según la Fundación Emar, esas páginas fueron mecanografiadas por el mismo autor, considerando la tipografía, el formato y edad del papel. Es decir, creemos que él comenzó a revisar la novela, para cerrarla, quizás para publicarla. Lo interesante es que en esa porción “revisada”, el autor comenzó a cambiar el nombre del protagonista. Juan, que es el nombre que dejamos en la novela porque cubría la mayor porción del texto y quisimos intervenir lo menos posible, estaba pasando a llamarse Manolo. ¿Habrá decidido cambiar el nombre de su personaje porque él mismo estaba convirtiéndose en Juan?

 

“Migajas filosóficas o un poco de filosofía chilena” por Juan Ignacio Rodríguez en El Mercurio

Parafraseamos a Kierkegaard para titular esta revisión de libros publicados en 2014 por filósofos chilenos (o extranjeros radicados en Chile). Un pan con partes de estética, ética y bioética; también política; sorpresas -Mike Wilson escribiendo sobre Wittgenstein-; consagrados como Roberto Torretti; un pseudónimo, e interpretaciones de Husserl, Heidegger, Ortega, Zambrano y Derrida.  
Juan Rodríguez M. ESTUDIOS FILOSÓFICOS 2011-2014

ROBERTO TORRETTI.

Universidad Diego Portales,

Santiago, 2014, 279 páginas.

Kant, historicismo, verdad, ciencia, pragmatismo, relativismo moral, Fichte, Nicolás Gómez Dávila. El cuarto volumen de los “Estudios filosóficos” de Roberto Torretti entrega una buena muestra del pensamiento de este filósofo. Y hasta es útil: quienes, para criticar a la ciencia, se refieren a ella como un pensamiento clausurador, determinista, que define lo que es o no es cierto y cuestiones por el estilo, deberían leerlo para ponerse al día, por ejemplo, de un proceso anterior al derrumbe decimonónico de las jerarquías de valores; a saber, la pérdida de la certeza: “Este proceso se inicia antes de 1830 con la invención de las geometrías no euclidianas, pero cobra vuelo después de 1900, con el advenimiento de la física relativista y de la física cuántica, mientras que la ambición de hallarle un fundamento inconmovible a la matemática pura sufre varios contratiempos hasta naufragar, diría yo, finalmente con la prueba de la independencia de la hipótesis del continuo publicada por Paul Cohen hace medio siglo”.

MARÍA ZAMBRANO:

RE-HUMANIZACIÓN DE LA FILOSOFÍA

FELÍCITAS VALENZUELA BOUSQUET.

Escaparate, Concepción, 2014, 277 páginas.

Si la filosofía iberoamericana no es muy estudiada por estos lados, imagine lo que ocurre con una filósofa; en esta caso, la española María Zambrano. Esa sola situación hace valioso el esfuerzo de la “Profesora de Estado en filosofía” y ex docente de la U. de Concepción, Felícitas Valenzuela (autora de “Hannah Arendt: amor mundi: narrar-comprender-juzgar”). Valenzuela muestra que Zambrano no solo cuestiona la razón moderna en favor de una “razón poética”; sino que lo hace porque fue víctima del fracaso de la primera: del fascismo, de la dictadura franquista que la obligó a exiliarse. La autora habla de las tres seducciones de Zambrano que, se intuye, seducen a la propia Valenzuela: la afirmación de una razón poética, la reflexión sobre España y el imperativo de humanizar la historia, la política, y la vida de cada cual.

WITTGENSTEIN Y EL SENTIDO

TÁCITO DE LAS COSAS

MIKE WILSON.

Orjikh, Santiago, 2014, 88 páginas.

Cuando Wittgenstein escribe que de lo que no se puede hablar es mejor callar, se puede entender que el asunto de la filosofía es determinar aquello de lo que se puede hablar, y declarar el resto como absurdo. O sea, se puede fundar el empirismo lógico. O se puede entender que lo importante, el sentido, lo místico está más allá del conocimiento y que, por lo tanto, no hay que volverle la espalda, sino liberar nuestra cabeza de problemas artificiales (básicamente toda la filosofía) para dejar paso a la vida, “al sentido tácito de las cosas”; al silencio y la actividad. O sea, la inquietud de Wittgentein, a lo largo de toda su obra, sería existencial, no epistémica (“No es lo místico cómo sea el mundo, sino que sea el mundo”). Mostrar que eso es así es lo que ensaya Mike Wilson. Sí, Mike Wilson: el escritor, autor de ficciones como “Zombie” y “Leñador”, que con este libro se pasó a la filosofía.

NATURALEZA MUERTA

VICENTE SERRANO.

Universidad de Valparaíso,

Valparaíso, 2014, 200 páginas.

Murió Dios, murió el hombre. Pero, antes, murió la naturaleza, y de sus restos nacieron la estética y el arte moderno o, simplemente, la modernidad; o sea, el mundo desde la “revolución copernicana” hasta el presente y contando. Así podría resumirse este ensayo del filósofo español Vicente Serrano, profesor de la Universidad Austral. La pregunta que intenta responder el también autor de “La herida de Spinoza” (premio Anagrama), es tan simple como grande: ¿por qué el arte dejó de imitar a la naturaleza? Y en el intento de responderla pasa por Descartes, Shakespeare, Cervantes, Baudelaire, Nietzsche, entre otros; hasta desembocar en la posmodernidad.

LOS FILÓSOFOS ESTOICOS. ONTOLOGÍA, LÓGICA, FÍSICA Y ÉTICA

MARCELO D. BOERI y RICARDO SALLES (traducción, comentaros, edición y notas).

Universidad Alberto Hurtado, Santiago, 2014, 881 páginas.

La mayor parte de las obras estoicas se perdió. De la época imperial romana sobreviven algunas (Séneca, Epicteto, Marco Aurelio), pero de los anteriores no hay casi nada. De modo que las fuentes son indirectas: otros escritores, muchos de ellos hostiles, que refieren sus doctrinas (Plutarco, Cicerón, Sexto Empírico, entre otros). Y aun así influyeron en filósofos como Plotino, Agustín, Spinoza, Schopenhauer, Nietzsche y Deleuze. ¿Por qué? El rico material que ofrece este libro puede responder; por ejemplo: “Cuando el hálito connatural parte el animal muere; por lo tanto, el hálito connatural es un cuerpo. Por consiguiente, el alma es un cuerpo”. O: “dios, el pensamiento, el destino y Zeus son una sola cosa que recibe muy diversas denominaciones”. Al menos en nuestro idioma, el libro de Boeri (argentino, profesor de la U. Alberto Hurtado) y Salles (mexicano, investigador de la U. Nacional Autónoma de México) debiera ser referencia para quien quiera estudiar a los estoicos: encontrará en sus páginas una selección tematizada (“las partes de la filosofía”, “ontología”, “lógica”, “física” y “ética”) comentada, con aparato crítico y las versiones originales en griego y latín, de la “evidencia textual” del estoicismo; y fragmentos de Séneca, Musonio Rufo, Epicteto y Marco Aurelio. (El libro será lanzado este jueves, a las 18: 30 hrs. en el Auditorio Edificio Alberto Hurtado: Almirante Barroso 10).

ORTEGA, RENAN

Y LA IDEA DE NACIÓN

JORGE ACEVEDO

GUERRA.

Universitaria, Santiago, 2014, 114 páginas.

HEIDEGGER: EXISTIR

EN LA ERA TÉCNICA

JORGE ACEVEDO

GUERRA.

Universidad Diego Portales, Santiago, 2014, 438 páginas.

Jorge Acevedo, filósofo de la Universidad de Chile, ha estudiado durante décadas el pensamiento de Martin Heideggar y el de José Ortega y Gasset. De modo que estos libros son dos frutos más de esa labor. En el primero, Acevedo toma una contingencia, el bicentenario de Chile, para reflexionar, de la mano de Ortega y el historiador Ernest Renan, sobre el concepto de nación: “Si nos interesa rememorar el nacimiento de la nación es porque, en el fondo, nos interesa apoyarnos en los dos siglos transcurridos desde ese momento para enfrentar el futuro, lo esencialmente problemático”. En el caso del segundo libro, Acevedo se apropia de la “meditación” heideggeriana sobre la esencia de la técnica para hacernos conscientes de lo que ocurre en nuestro mundo (“un radical desequilibrio ecológico”) y en nuestra vida personal; eso le permite refexionar, entre otras cosas, sobre la filosofía, el diálogo entre Occidente y Oriente, la verdad, la “Apatía en Chile”, la razón lúdica (Cristóbal Holzapfel), la razón poética (María Zambrano), el arte contemporáneo, la ciencia, la historia y mayo del 68.

EL ORIGEN DEL SENTIDO.

HUSSERL, HEIDEGGER, DERRIDA

ANDREA POTESTÀ.

Metales Pesados, Santiago, 2014, 267 páginas.

Lo que se propone este libro es, ni más ni menos, hacer frente o, mejor, reiterar, volverse a ” la pregunta con la cual empieza la filosofía misma y de la cual la filosofía nunca salió (y nunca podrá verdaderamente salir)”. A saber, la pregunta “sobre el origen del sentido”.¿Desde dónde viene el sentido de algo?, ¿de un mundo de las ideas, de un modelo ideal, previo, que nos permite decir que algo es esto o esto otro? ¿O de la “praxis viviente”? Para abordar el asunto, Potestà (italiano, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile), deconstruye -de la mano de Husserl, Heidegger y Derrida- la tradición dualista que inaugura Platón.

CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD,

CREACIÓN DE SENTIDO

CARLOS RUIZ y

MARCOS GARCÍA DE LA HUERTA.

Universitaria, Santiago, 2014, 125 páginas. Si la pretendida unidad y homogeneidad de las comunidades nacionales es imaginaria , ¿qué ocurre con los estados-nación, con las mayorías y la minorías, con los “extranjeros”, con la soberanía? El problema de la identidad es “un punto ciego de la modernización”. Así, este libro recoge ensayos de Carlos Ruiz y Marcos García de la Huerta (los dos de la U. de Chile), que abordan “los efectos de la modernización en la cultura”, ya sea analizando, entre otras materias, el pensamiento de Charles Taylor, la relación entre identidad, propiedad y trabajo; o entre educación e identidad política.

INTERESARSE POR LA VIDA.

ENSAYOS BIOÉTICOS Y BIOPOLÍTICOS

RAÚL VILLARROEL.

Universitaria, Santiago, 2014, 221 páginas.

Los ensayos que conforman este libro de Raúl Villarroel, profesor de la Universidad de Chile, buscan ejercitar “nuestra capacidad de juicio ético”, reflexionar sobre “las implicancias filosóficas, políticas, económicas y sociales del desarrollo de la ciencia y la investigación”. Cuestión que, en este caso, se traduce en pensar la tarea médica, la anticoncepción, el derecho a la vida, el derecho a morir, la administración biopolítica de la vida, la crisis medioambiental, el desarrollo sostenible, los usos y abusos de los animales no humanos, la economía y su pretendido estatuto científico, la democracia deliberativa, entre otros asuntos.

APUNTES EN TORNO A UNA ÉTICA DE LA NATURALEZA

RAMIRO GÓMEZ GRIS.

La Pollera, Santiago, 2014, 111 páginas.

De Ramiro Gómez Gris sabemos poco: que ha vivido en Santiago, Valparaíso y Concepción. Que es un pseudónimo. Que este es su segundo libro (el primero es “Ética al zancudo”) y que, como el anterior, es de aforismos. Avanzado ya el texto, en uno de ellos (escrito entre paréntesis) encontramos la idea que centra este “conjunto de anotaciones”; a saber, “pensar la ética aplicada a la evolución biológica, que está ocurriendo todo el tiempo y en todas partes, incluso en nuestras sociedades y ciudades”. Esto es, ninguna preeminencia humana, ninguna ley universal, valida para todos y en todo tiempo y espacio; o sea, al parecer, una ética fundada en la falta de fundamento, ¿en la “belleza” de la dinámica biológica? “Antes que todo: el principio de contraste “. “La belleza no puede prescindir del movimiento”.

MEDITACIONES FILOSÓFICAS EN TORNO AL POEMA

ALEXANDER BAUMGARTEN.

Traducción, edición y notas: PABLO CHIUMINATTO

y JAVIER BELTRÁN.

Orjikh, Santiago 2014, 103 páginas.

Los chilenos Pablo Chiuminatto y Javier Beltrán traducen esta obra, de 1735, en la que el filósofo alemán Alexander Baumgarten habló por primera vez de “estética”; es decir, “la ciencia de la percepción por los sentidos”. Allí, para quien crea que sobre gustos no hay nada escrito, se lee: “la filosofía y la ciencia de componer un poema (…) están unidas en estrecho matrimonio”, “el discurso sensible perfecto es el poema”, “el poeta es una suerte de hacedor o creador; de aquí que el poema deba ser, por decirlo así, un mundo”, “el método es poético”, “el poema es una imitación de la naturaleza”.

“Teatro en décimas: La muerte busca una salida” en The Clinic

Fuente: The Clinic

El cadáver Armando Prieto pide su último deseo desde el mundo de los muertos: que le hagan olvidar su paso entre los vivos. Su viuda Aurelia se niega a dejarlo ir. Entre el bar de los vivos y el cementerio de los muertos, media un Conserje egoísta y burlón. Es la historia trágica y cómica que cuentan las décimas de La casa del sordo, obra de teatro escrita por Simón Espinosa y recién publicada por La Pollera.

El actor y director Pato Pimienta piensa en el prólogo: “La tradición literaria ha llenado bibliotecas solo para hacer transpirar a la muerte delante de nuestros huesos vivos. Pero aún no nos ha enseñado a ganarle. Este libro nos susurra algo al oído en unos muy acertados versos:

De por sí la muerte es muerte
no devuelve lo que es suyo.

Uno de los momentos más memorables de las décimas de La Negra Ester de Roberto Parra, es cuando debemos acompañar al protagonista en un minuto de silencio por la negra Ester. En La Casa del Sordo, la muerte se presenta haciendo resistencia a su propia condición. La muerte busca una salida. La muerte emociona”.

Se encorvaron muy despacio
dos amantes que sabían
que algún día no tendrían
más barrera que el espacio.
Es sabido que reacio
pasa el tiempo pal que anhela
porque el viento no hincha velas
sin saber que el barco es bueno,
un segundo o un milenio
todo queda en esa estela.

En las casas de cemento
pasarán las horas sordas
y los gritos que se bordan
en el manto del silencio.
Quedará cada lamento
como el eco que rebota
entre el polvo, entre las motas,
muy callado, sin sonido,
porque aquí gana el olvido
la palabra ya no brota.

LA CASA DEL SORDO
Simón Pablo Espinosa
La Pollera, 59 páginas.